China: El librero de Hong Kong Gui Minhai debe quedar en libertad tras diez años de cruel hermetismo

En vísperas del décimo aniversario de la desaparición del librero sueco Gui Minhai, actualmente encarcelado en un lugar desconocido de China por cargos infundados de “espionaje”, Sarah Brooks, directora de Amnistía Internacional para China, ha declarado:

“Diez años después de su desaparición, el caso de Gui Minhai sigue siendo una aterradora advertencia para quien se atreva a escribir o publicar ideas que entren en conflicto con la maquinaria de censura del gobierno.

“El secuestro, los procesamientos y las sentencias condenatorias de Gui violan todos los principios del derecho internacional. El suyo no es un caso aislado de injusticia, sino uno de los primeros ejemplos de un patrón deliberado de represión que busca silenciar la disidencia y no duda en ir más allá de las fronteras de China para conseguirlo.

“Los gobiernos —en particular el de Suecia—, otros Estados miembros de la Unión Europea y la propia UE no deben permitir que Gui Minhai caiga en el olvido. Deben seguir exigiendo su libertad de forma pública y sistemática, ejerciendo presión con todos los instrumentos a su alcance para instar a las autoridades chinas a que revelen su paradero y le garanticen acceso a asistencia consular, así como la plena protección de sus derechos.

“Durante diez años, China ha mantenido a Gui Minhai oculto a los ojos del mundo, y lo que es peor, de sus seres queridos, negándole acceso regular a sus familiares y abogados y atención médica independiente. Este cruel hermetismo debe acabar. Gui Minhai debe quedar en libertad de inmediato y sin condiciones.”

Información complementaria

La librería de Gui Minhai en Hong Kong, Causeway Bay Bookstore, era conocida por vender libros sobre escándalos políticos y dirigentes chinos, que están prohibidos en la China continental pero son populares entre los turistas venidos de allí que visitan Hong Kong.

Gui, que desapareció en Tailandia el 17 de octubre de 2015, fue uno de los cinco editores y libreros de Hong Kong desaparecidos a finales de 2015 tras publicar libros que criticaban al gobierno chino.

En 2016, Gui reapareció en los medios de comunicación estatales chinos con una confesión aparentemente forzada de su participación en un ataque relámpago varios años antes. Gui Minhai quedó en libertad en 2017, aunque al parecer sometido a estrecha vigilancia policial y con restricciones de su libertad de circulación. Unos agentes de policía vestidos de civil lo aprehendieron en enero de 2018, cuando se dirigía de Shanghái a Pekín por motivos de salud junto con dos diplomáticos suecos.

En febrero de 2020, fue condenado en un simulacro de juicio a 10 años de cárcel por “proporcionar ilegalmente información de inteligencia a entidades extrajeras”. Gui continúa en prisión en un lugar no confirmado y se le ha negado el acceso a sus familiares y a funcionarios consulares. Según afirman las autoridades chinas, el motivo es que solicitó que le fuera restablecida la nacionalidad china, cosa que el gobierno sueco desmintió en unas declaraciones en las que confirmaba que Gui deseaba renovar sus documentos de identidad.

Su hija Angela Gui, que ha hecho campaña incansablemente para conseguir la libertad de su padre, afirma haber sido intimidada por agentes estatales chinos para silenciarla.

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