Bangladesh: La crisis climática amplifica la discriminación del personal “invisible” de los servicios de saneamiento

Las autoridades de Bangladesh deben abordar con urgencia su falta de medidas para hacer respetar los derechos de los trabajadores y trabajadoras de los servicios de saneamiento, que sufren marginación económica y una arraigada discriminación por razón de casta y de género, vulnerabilidades agravadas por una crisis climática mundial en gran medida inducida por la quema de combustibles fósiles; así lo afirma Amnistía Internacional en un nuevo informe.

Left Behind in the Storm: Dalit Women Sanitation Workers and the Fight for Water and Dignity’ documenta las enormes barreras que las mujeres dalit que trabajan en los servicios de saneamiento en Khulna y Satkhira, en la franja costera suroccidental de Bangladesh, encuentran para acceder a agua potable y saneamiento adecuado, así como su vulnerabilidad y su exclusión de los programas de ayuda relacionada con el cambio climático. También analiza cómo estos trabajadores y trabajadoras son prácticamente invisibles en las políticas gubernamentales sobre cambio climático, agua y saneamiento debido a su casta, su género y su oficio, a pesar de estar entre la población más afectada por estas políticas.

“Al ser uno de los países más vulnerables del mundo en materia climática, Bangladesh debe abordar las desigualdades de casta profundamente arraigadas que excluyen y marginan económicamente y de forma desproporcionada a las comunidades dalit que sufren las peores consecuencias de la emergencia climática”, ha dicho Isabelle Lassée, directora adjunta de investigación de Amnistía Internacional para Asia Meridional.

“Configurar un futuro de resiliencia climática para Bangladesh sólo es posible invitando a las voces excluidas a participar en las conversaciones sobre creación de políticas y garantizando su protección e igualdad, en el contexto de las medidas de gestión de catástrofes. Bangladesh no podrá desarrollar una resiliencia efectiva ante sequías, ciclones, inundaciones y calor extremo cada vez más intensos si deja atrás a los grupos más desatendidos.”

El informe se basa en entrevistas a 20 mujeres y 2 hombres que trabajan en los servicios de saneamiento y pertenecen a comunidades dalit de Khulna y Satkhira, situadas en zonas de escasa altitud que tienden a inundarse y están muy expuestas a los efectos de subidas del nivel del mar, ciclones, sequías e inundaciones asociadas al cambio climático. Asimismo contiene entrevistas a funcionarios del Departamento de Gestión de Catástrofes y el Departamento de Ingeniería de Salud Pública y a miembros de los comités locales de gestión de agua, saneamiento e higiene y gestión de catástrofes de ambos distritos.

Bangladesh no podrá desarrollar una resiliencia efectiva ante sequías, ciclones, inundaciones y calor extremo cada vez más intensos si deja atrás a los grupos más desatendidos.

Isabelle Lassée, directora adjunta de Investigación de Amnistía Internacional para Asia Meridional

“Los de las castas inferiores estamos abandonados”

Trabajadores y trabajadoras de saneamiento de Khulna y Satkhira denunciaron que no tenían conectadas sus viviendas con el suministro de agua para beber, lavar, cocinar y limpiar. Por eso muchos tenían que ir a buscar agua y transportarla desde centros de tratamiento muy alejados, recoger agua de lluvia o utilizar agua de pozos públicos o del lago, que es insegura y causa múltiples problemas de salud. El precio del agua potable supone otra barrera, sobre todo para las familias que sólo ganan de 3.000 a 8.000 takas (25-65 dólares estadounidenses) al mes.

“No hay infraestructura, cisternas ni máquinas de suministro de agua en nuestra colonia, a pesar de que todos trabajamos en los servicios públicos de saneamiento […] Pienso que los de las castas inferiores estamos abandonados”, dijo un trabajador de saneamiento a Amnistía Internacional.

Además de la discriminación por razón de casta, las mujeres empleadas en los servicios de saneamiento de Khulna y Satkhira tienen problemas específicos por su género. Por ser mujeres llevan el peso de la recolección de agua, una tarea no remunerada que requiere mucho esfuerzo, lo que limita sus oportunidades económicas.

Los aseos que el personal de saneamiento puede permitirse no ofrecen intimidad, son de difícil acceso y no resisten los fenómenos meteorológicos y climáticos. Muchas trabajadoras del personal de saneamiento se demoran en utilizarlos debido a la falta de intimidad y de seguridad, que causa infecciones. Otras tienen dificultades para mantener su higiene menstrual.

Vulnerabilidad al cambio climático

El acceso a agua apta para el consumo se precarizó aún más tras el ciclón Remal. Una trabajadora de saneamiento llamada Piu dijo: “No tenía agua potable para beber […] Nunca había suficiente”.

El informe documenta cómo los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático, amplifican las desigualdades existentes y dejan al personal de saneamiento de las zonas costeras atrapado en un círculo vicioso de vulnerabilidad. Con 18 ciclones en 17 años, asentamientos enteros se han visto abocados a una reconstrucción constante que a duras penas pueden sufragar. Una letrina básica cuesta hasta 3.000 takas (25 dólares), lo que supone un esfuerzo excesivo para muchas familias, por no hablar de su adaptación para hacerla resistente a las inundaciones.

Si no se interviene urgentemente para reforzar las políticas de resiliencia climática y abordar los daños y pérdidas teniendo en cuenta la casta y el género, los marcos de adaptación adoptados por Bangladesh seguirán reforzando la exclusión y las desigualdades sistémicas en lugar de eliminarlas y promover una igualdad sustantiva.

Desatendidos por los programas de ayuda y excluidos de la toma de decisiones

Las personas dalit que trabajan en los servicios de saneamiento de Khulna y Satkhira cumplen una función esencial en el mantenimiento de la salud pública y la infraestructura de saneamiento, y en las actividades de recuperación tras una catástrofe. Sin embargo, rara vez son incluidas en la toma de decisiones relacionadas con estas áreas.

Kishori, empleada de los servicios de saneamiento, dijo: “La gente espera que viva rodeada de suciedad y silencio, y siempre que he alzado la voz me han ignorado”. Estas mujeres, cuyo trabajo es esencial para el funcionamiento de los sistemas de saneamiento de Bangladesh, se ven privadas de acceso a los mismos servicios que contribuyen a mantener.

Tras el ciclón Remal, los programas gubernamentales de ayuda en Khulna y Sathkira no priorizaron a las comunidades dalit ni tuvieron en cuenta los obstáculos para su inclusión, desde las arraigadas y sistémicas barreras económicas y de discriminación por razón de casta, hasta la ausencia de documentación sobre la tenencia de la tierra y la ubicación de sus asentamientos en zonas propensas a inundarse. A menudo, esto ha dejado sin protección y en el olvido a quienes trabajan en primera línea.

Bangladesh está obligado en virtud del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) a garantizar el derecho a agua y saneamiento de los grupos marginados, y en virtud de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (ICERD) a adoptar medidas proactivas para eliminar la discriminación estructural y garantizar igualdad de acceso a todos los derechos humanos.

La discriminación basada en la casta y el género, la falta de infraestructura inclusiva, la marginación económica y la vulnerabilidad climática convergen para reforzar los círculos viciosos de exclusión e indignidad.

Isabelle Lassée

Por tanto, en consonancia con estas obligaciones vinculantes, las autoridades deben recopilar y monitorear datos desglosados por casta y establecer un plan nacional de acción para eliminar la discriminación por razón de casta y garantizar la igualdad sustantiva, así como la participación activa, libre y significativa de las personas dalit (en particular las mujeres) en los procesos de toma de decisiones, en todos los niveles de gobierno, incluso respecto a la planificación de los servicios de agua y saneamiento, así como la planificación y respuesta a las catástrofes.

Y lo más importante, el gobierno bangladeshí debe aprobar una ley integral contra la discriminación que abarque la discriminación basada en la casta y la ascendencia, que sea aplicable tanto a sectores públicos como privados, que reconozca la discriminación directa e indirecta, y que establezca mecanismos de denuncia accesibles e independientes así como recursos judiciales efectivos. Asimismo, Amnistía Internacional pide a todos los Estados y organismos que proporcionan financiación a Bangladesh que adapten sus proyectos o aborden las pérdidas y daños que causan para garantizar que todos ellos son diseñados con aportaciones plenas, significativas y efectivas de los miembros de la comunidad dalit, se implementan de acuerdo con los principios de igualdad y no discriminación y en función de criterios medibles de inclusión y equidad, y que los informes de progreso y aplicación incluyen datos desglosados por casta.

“La discriminación basada en la casta y el género, la falta de infraestructura inclusiva, la marginación económica y la vulnerabilidad climática convergen para reforzar los círculos viciosos de exclusión e indignidad”, ha dicho Isabelle Lassée.

“Las conclusiones de Amnistía Internacional reflejan un fracaso nacional más profundo a la hora de hacer respetar los derechos de las personas dalit que trabajan en los servicios de saneamiento. La ausencia de datos desglosados por casta, de financiación selectiva y de políticas inclusivas sigue dejando muy atrás a las comunidades dalit.”

“Pedimos también a todos los Estados y organismos que proporcionan financiación a Bangladesh que adapten sus proyectos o aborden las pérdidas y daños que causan para garantizar que todos ellos son diseñados con aportaciones plenas, significativas y efectivas de los miembros de la comunidad dalit, se implementan de acuerdo con los principios de igualdad y no discriminación y en función de criterios medibles de inclusión y equidad, y que los informes de progreso y aplicación incluyen datos desglosados por casta.”

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