Israel y Territorio Palestino Ocupado: El genocidio de Israel contra la población palestina de Gaza continúa imparable pese al alto el fuego

“Más de un mes después de que se anunciara un alto el fuego y fueran liberados todos los rehenes israelíes vivos, las autoridades de Israel siguen cometiendo genocidio contra la población palestina de la Franja de Gaza ocupada al continuar infligiendo deliberadamente unas condiciones de vida calculadas para causar su destrucción física, sin que haya indicios de ningún cambio en su intención”, ha declarado hoy Amnistía Internacional.

En un documento dado a conocer hoy, la organización ofrece un análisis jurídico del genocidio en curso junto con testimonios de residentes locales, personal médico y personal de ayuda humanitaria que ponen de relieve las terribles condiciones en las que vive actualmente la población palestina de Gaza.

“El alto el fuego corre el riesgo de crear el peligroso espejismo de que la vida en Gaza está volviendo a la normalidad. Pero a pesar de que las autoridades y fuerzas israelíes han reducido la escala de sus ataques y permitido la entrada en Gaza de cantidades limitadas de ayuda humanitaria, el mundo no debe dejarse engañar. El genocidio de Israel no ha terminado”, declaró Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

El alto el fuego corre el riesgo de crear el peligroso espejismo de que la vida en Gaza está volviendo a la normalidad. Pero a pesar de que las autoridades y fuerzas israelíes han reducido la escala de sus ataques y permitido la entrada en Gaza de cantidades limitadas de ayuda humanitaria, el mundo no debe dejarse engañar. El genocidio de Israel no ha terminado.

Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional

En diciembre de 2024, Amnistía Internacional publicó un estudio exhaustivo que concluía que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza, alegando que Israel había llevado a cabo tres actos prohibidos en la Convención sobre el Genocidio: matanza de miembros de la población palestina de Gaza, lesión grave a su integridad física o mental, y su sometimiento intencional a condiciones de existencia que habrían de acarrear su destrucción física.

En la actualidad, pese a la reducción de la magnitud de los ataques y algunas mejoras limitadas, no hay un cambio significativo en las condiciones a las que somete Israel a la población palestina de Gaza ni nada que indique un cambio de intención de Israel.

“Israel inflige un daño devastador a la población palestina de Gaza con su genocidio, incluidos dos años de bombardeos incesantes y una hambruna deliberada y sistemática. Hasta ahora, no hay nada que indique que Israel esté tomando medidas serias para revertir el impacto mortal de sus crímenes ni indicio alguno de que haya cambiado de intención. De hecho, las autoridades israelíes continúan aplicando sus despiadadas políticas, restringiendo el acceso a ayuda humanitaria y servicios esenciales vitales, e imponiendo deliberadamente condiciones calculadas para destruir físicamente a la población palestina de Gaza”, afirmó Agnès Callamard.

Al menos 327 personas, 136 niños y niñas entre ellas, han muerto a causa de ataques israelíes desde que se anunció el alto el fuego el 9 de octubre. Israel sigue limitando el acceso a ayuda humanitaria y suministros críticos, como suministros médicos y equipos necesarios para reparar infraestructuras vitales, incumpliendo así múltiples órdenes dictadas por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) —a raíz de la demanda presentada por Sudáfrica para impedir el genocidio de Israel— para que Israel garantice que la población palestina tiene acceso a suministros humanitarios. En enero de 2024, la CIJ declaró que los derechos de la población palestina previstos en la Convención sobre el Genocidio, concretamente su supervivencia, estaban plausiblemente en peligro.

Persiste la probabilidad objetiva de que las condiciones actuales desemboquen en la destrucción de la población palestina de Gaza, especialmente si se tiene en cuenta la mayor vulnerabilidad de la población a las enfermedades y a la propagación de éstas después de meses de hambruna provocada por años de bloqueo ilegal y meses de asedio total este año. Esto ha creado unas circunstancias que desembocarían en la muerte lenta de personas palestinas derivada de la falta de alimentos, agua, albergue, ropa o saneamiento adecuados.

Aunque ha habido algunas mejoras muy limitadas, Israel sigue restringiendo estrictamente la entrada de suministros y el restablecimiento de servicios esenciales para la supervivencia de la población civil con medidas como el bloqueo de la entrada de equipos y material necesarios para reparar infraestructuras vitales y para retirar artefactos explosivos no detonados, y escombros y aguas residuales contaminados, todo lo cual representa riesgos medioambientales y de salud pública graves y potencialmente irreversibles. Israel también limita la distribución de ayuda humanitaria, incluso restringiendo a qué organizaciones permite entregar ayuda dentro de la Franja de Gaza. Aumentar sin más el número de camiones que entran en Gaza no es suficiente. Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), aunque las familias tienen ahora dos comidas al día (una más que en julio), la diversidad de la dieta sigue siendo baja, y alimentos nutritivos como verduras, frutas y proteínas siguen fuera del alcance de muchas familias, y artículos como los huevos y la carne escasean o son inasequibles.

Continúa imparable el desplazamiento sistemático por Israel de la población palestina fuera de las tierras fértiles, y actualmente el ejército israelí está desplegado en aproximadamente el 54%-58% de la Franja de Gaza. Israel no ha dejado de limitar estrictamente el acceso de la población palestina al mar. No ha tomado medidas para abordar el impacto de su extensa destrucción de tierras de cultivo y ganado de los últimos dos años. En conjunto, esto significa que la población palestina está casi totalmente privada de acceso independiente a formas de sustento.

“La población palestina sigue confinada en menos de la mitad del territorio de Gaza, en las zonas menos aptas para sustentar la vida, mientras la ayuda humanitaria sigue severamente limitada. Todavía hoy, incluso después de reiteradas advertencias de organismos internacionales, tres conjuntos de órdenes legalmente vinculantes de la CIJ y dos opiniones consultivas de ésta, y pese a las obligaciones contraídas por Israel en virtud del derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos como potencia ocupante y como parte en un conflicto armado, Israel continúa sin proporcionar deliberadamente los suministros necesarios a la población civil de Gaza o sin permitir que lleguen”, continuó Agnès Callamard.

Adicionalmente, las autoridades israelíes no han investigado ni enjuiciado a los presuntos responsables de actos de genocidio ni han exigido responsabilidades a los funcionarios que han hecho declaraciones genocidas. Incluso el alto el fuego fue resultado de la presión internacional, incluso de Estados Unidos, y no de un cambio explícito de postura de Israel.

“Israel debe levantar su bloqueo inhumano y garantizar el acceso sin restricciones a alimentos, medicinas, combustible y materiales para la reconstrucción y reparación. También debe hacer esfuerzos concertados para reparar infraestructuras críticas, restablecer servicios esenciales, proporcionar albergue adecuado a las personas desplazadas y garantizar que pueden regresar a su hogar”, prosiguió Agnès Callamard.

En las últimas semanas, han aparecido indicios de que la comunidad internacional está reduciendo la presión sobre Israel para que ponga fin a sus violaciones. La recién adoptada resolución de la ONU sobre el futuro de Gaza no incluye compromisos claros de respetar los derechos humanos o garantizar la rendición de cuentas por atrocidades. Recientemente, el gobierno alemán citó el alto el fuego al anunciar, el 24 de noviembre, el levantamiento de una suspensión de la emisión de ciertas licencias de exportación de armas a Israel. También se ha suspendido una votación prevista sobre la suspensión del acuerdo comercial entre la UE e Israel.

“No es este el momento de reducir la presión sobre las autoridades israelíes. Los líderes mundiales deben demostrar que están realmente comprometidos con el cumplimiento de su obligación de prevenir el genocidio y poner fin a la impunidad que viene alimentando décadas de crímenes de Israel en el Territorio Palestino Ocupado. Deben detener todas las transferencias de armas a Israel hasta que cesen los crímenes de derecho internacional de éste. Deben presionar a las autoridades israelíes para que concedan acceso a Gaza a entidades de observación de derechos humanos y periodistas a fin de garantizar una información transparente sobre el impacto de la actuación de Israel en las condiciones en Gaza”, afirmó Agnès Callamard.

“Los funcionarios israelíes responsables de orquestar, supervisar y cometer materialmente genocidio siguen en el poder. No demostrar que ellos o su gobierno tendrán que rendir cuentas les da de hecho libertad total para continuar cometiendo genocidio y más violaciones de derechos humanos en Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental”.

“El alto el fuego no debe convertirse en una cortina de humo para el genocidio en curso de Israel. El patrón de conducta de Israel en Gaza, incluida la denegación deliberada e ilícita de ayuda para la supervivencia a la población palestina, muchos de cuyos miembros están heridos, desnutridos y en riesgo de sufrir enfermedades graves, sigue amenazando su supervivencia. La comunidad internacional no puede permitirse ser complaciente: los Estados deben mantener la presión sobre Israel para que permita el acceso sin trabas a la ayuda humanitaria, levante su bloqueo ilegal y ponga fin a su genocidio en curso. Las empresas, por su parte, deben suspender inmediatamente cualquier operación que contribuya o esté directamente ligada al genocidio de Israel”, concluyó Agnès Callamard.

Contenido relacionado: