La NBA debe revisar su asociación con Ruanda ante las atrocidades cometidas por el M23 en la República Democrática del Congo

En vista de los graves abusos contra los derechos humanos que está cometiendo el grupo armado Movimiento 23 de Marzo, respaldado por Ruanda, en la República Democrática del Congo (RDC), Amnistía Internacional insta a la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) a revisar su asociación con el gobierno ruandés.

El gobierno de Ruanda es un socio clave en la Liga Africana de Baloncesto de la NBA (BAL). Ruanda paga millones de dólares estadounidenses en ingresos por patrocinio a la NBA para promocionar su campaña turística “Visita Ruanda” en la BAL, incluso en las camisetas de todos los jugadores de la BAL. Además, las cuatro primeras finales de la BAL se celebraron en la capital ruandesa, Kigali.

Sin embargo, al mismo tiempo, Ruanda ha respaldado al grupo armado M23, autor de abusos contra los derechos humanos como ejecuciones sumarias, violencia sexual, tortura y reclutamiento forzoso en el este de la RDC que pueden constituir crímenes de guerra. Además, la ONU ha informado de que Ruanda se ha beneficiado de minerales ilegalmente extraídos e importados del este de la RDC. 

“La NBA y su comisionado, Adam Silver, no pueden pasar por alto las terribles atrocidades que está cometiendo el M23 con el respaldo de Ruanda en el este de la República Democrática del Congo”, ha dicho Kate Hixon, directora de Incidencia sobre África de Amnistía Internacional Estados Unidos. “Es hora de que la NBA revise sus políticas sobre su colaboración con el gobierno ruandés, lo que incluye ejercer una diligencia debida intensificada para garantizar que la financiación que recibe del gobierno ruandés no está vinculada a la extracción ilegal de minerales ni se utiliza para desviar la atención de abusos contra los derechos humanos.”

El M23, que hace más de un decenio se alzó en armas contra el gobierno congoleño, tomó el control de Goma y Bukavu, ciudades principales del este de la RDC, en enero y febrero de 2025. Desde entonces, Amnistía Internacional y otras organizaciones han documentado graves crímenes cometidos por el M23 contra la población civil en el este de la RDC.

Según documenta Amnistía Internacional en un informe publicado a finales de mayo de 2025, el M23 detuvo arbitrariamente, torturó y mató a civiles en una red de centros de detención de Goma y Bukavu.

Sobrevivientes de esos centros que hablaron con Amnistía relataron que habían presenciado muertes de personas detenidas por el M23, probablemente a causa de las torturas y las penosas condiciones de reclusión. En dos casos, soldados del M23 habían matado personas a martillazos. En otro, soldados del M23 habían disparado y matado a un hombre indefenso que estaba en detención arbitraria por presunta tenencia de armas.

Asimismo, Amnistía Internacional publicó un documento de investigación en marzo de 2025 en el que describía con detalle los “abusos descontrolados contra los derechos humanos” perpetrados por soldados del M23 en el este de la RDC, que incluían asaltar hospitales y secuestrar y torturar a pacientes ingresados allí. También cometieron violaciones en grupo y detuvieron a defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y activistas de la sociedad civil, y a algunos los amenazaron o torturaron.

Además, en enero de 2025, Amnistía Internacional documentó cómo el M23 y las fuerzas armadas de la RDC habían disparado cohetes indiscriminadamente contra zonas civiles densamente pobladas en 2024, causando la muerte de más de 100 personas e hiriendo a varios cientos más.

“La NBA no debe dejarse utilizar para blanquear el horror absoluto de las atrocidades cometidas por el M23 con el respaldo de Ruanda en el este de la RDC, por muy lucrativos que puedan ser sus acuerdos de patrocinio”, ha dicho Hixon. “La amplia evidencia de posibles crímenes de guerra vinculados al gobierno ruandés debería impulsar una revisión de la relación de la NBA con Kigali. La actual asociación, ¿es realmente la mejor manera de que el baloncesto inspire y conecte a personas de todo el mundo?”

Amnistía Internacional expuso sus motivos de preocupación al comisionado Silver en una carta fechada el 14 de febrero de 2025. En ella pedía específicamente a la NBA que ejerza una diligencia debida intensificada, de acuerdo con las normas establecidas en la guía Diligencia debida intensificada en materia de derechos humanos para empresas en contextos afectados por conflictos, para garantizar que la financiación que recibe la NBA no está vinculada a la extracción ilegal de recursos en la RDC.

Mark Tatum, adjunto de Silver, respondió con una carta fechada el 28 de febrero de 2025 en la que no se mencionaban Ruanda, la RDC ni el M23. En ella, Tatum afirmaba que la NBA sigue las directrices del Departamento de Estado estadounidense en el extranjero, y que sus actividades en otros países se revisarían en consecuencia si hubiera cambios en las políticas estadounidenses sobre la actividad empresarial en relación con esos mercados.

De hecho, la postura de Estados Unidos respecto a Ruanda ya había cambiado. El 20 de febrero, el Departamento de Estado pidió a Ruanda que dejara de apoyar al M23 y la retirada de todos los efectivos de la Fuerza de Defensa de Ruanda (RDF) de la República Democrática del Congo. Además, Estados Unidos impuso sanciones a James Kabarebe —ministro de Estado de Ruanda para la Integración Regional y enlace del gobierno ruandés con el M23, responsable de gestionar el apoyo de la RDF al grupo— por posibilitar las actividades desestabilizadoras de la RDF y el M23 en el este de la República Democrática del Congo.

“Estados Unidos reconoce que Ruanda apoya al M23, que ha cometido crímenes de guerra en el último año y medio”, ha afirmado Hixon. “¿Qué más hace falta para convencer al comisionado Silver de que examine si la relación de la NBA con Ruanda es compatible con sus responsabilidades en materia de derechos humanos? Sea como sea, la NBA no puede pasar al Departamento de Estado la pelota de la diligencia debida por su asociación empresarial con Ruanda. De hecho, la NBA no delega en las autoridades estadounidenses los asuntos nacionales relacionados con derechos humanos, como la discriminación racial. Si la NBA cree que la vida de las personas negras importa, no puede ignorar a la población negra de la República Democrática del Congo.”

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