- Hay al menos 510.182 personas desplazadas internamente en todo el estado de Benue
- Las condiciones en los campos para personas internamente desplazadas son extremas
- Los niños y niñas y las mujeres embarazadas se encuentran entre la población más vulnerable
Según ha manifestado hoy Amnistía Internacional, las autoridades nigerianas deben tomar medidas urgentes para evitar una catástrofe humanitaria en el estado central de Benue, donde los ataques de hombres armados han desplazado al menos a 500.000 personas, muchas de las cuales languidecen en campamentos insalubres sin acceso a agua suficiente, con malas condiciones de higiene y sin alimentos ni atención médica.
En el ataque más reciente, perpetrado el 14 de junio, varios hombres armados irrumpieron en la localidad de Yelewata, donde mataron a más de 100 personas y obligaron a más de 3.941 a huir de sus hogares. El olor de los cadáveres en descomposición impregnaba el aire durante una visita que Amnistía Internacional realizó a la comunidad afectada tras los ataques. Las señales de la violencia reciente eran inconfundibles; había casquillos de bala esparcidos por el suelo y fosas comunes recién excavadas para enterrar a los muertos.
Las personas sobrevivientes cargaban sacos de grano, fardos de leña y otros enseres domésticos mientras buscaban refugio y seguridad en campos para población internamente desplazada. Según entrevistas realizadas a personas internamente desplazadas en los campos de Gwer West, Agatu, Ukum, Kwande, Logo, Guma y Makurdi, así como en un campamento improvisado en el mercado moderno de Makurdi, las comunidades que sufren ataques suelen quedar abandonadas a su suerte, pues las fuerzas de seguridad no llegan hasta mucho después de que los hombres armados se hayan marchado.
“Las autoridades nigerianas han fallado una y otra vez a la población del estado de Benue. Los ataques generalizados perpetrados por hombres armados han privado a miles de personas de sus derechos a la vida, la integridad física, la libertad, la libertad de circulación y el acceso a los medios de subsistencia. Las personas que sobreviven a estos terribles ataques se enfrentan al nuevo tormento de verse desplazadas en campos superpoblados e insalubres, donde las enfermedades se propagan rápidamente y escasean productos básicos como los alimentos y el agua potable”, ha manifestado Isa Sanusi, director de Amnistía Internacional Nigeria.
“Se corre el riesgo de que la situación provoque una catástrofe humanitaria, que las autoridades deben abordar de inmediato garantizando que se satisfagan las necesidades básicas de la población mediante la prestación de la ayuda que con tanta urgencia se necesita.”
Además de entrevistar a las personas internamente desplazadas, Amnistía Internacional también habló con autoridades de los campos, personal médico y organizaciones no gubernamentales de las zonas afectadas. Se constató que localidades de todo el estado de Benue, incluidas Gwer West, Gwer East, Agatu, Apa, Ukum, Kwande, Logo y Guma, siguen expuestas a una constante de violencia brutal.
La violencia se desata más bien por la noche, aunque también se producen ataques durante el día: hombres armados invaden sistemáticamente las aldeas y utilizan armas de fuego para perpetrar homicidios indiscriminados o selectivos desde la distancia. Estos actos van acompañados de una violencia brutal perpetrada a corta distancia que incluye el uso de machetes y cuchillos para infligir lesiones graves, incluida la amputación de manos.
Las autoridades nigerianas han fallado una y otra vez a la población del estado de Benue.
Isa Sanusi, director de Amnistía Internacional Nigeria
La miseria de los campos de personas internamente desplazadas
Se calcula que a 31 de diciembre de 2024 unas 500.182 personas habían huido a campos para población internamente desplazada en el estado de Benue con el fin de escapar de años de ataques perpetrados por hombres armados. Desde principios de 2025, otras 10.000 personas han quedado desplazadas tras los ataques perpetrados contra comunidades de Gwer West, Agatu, Ukum (Gbagir), Kwande (Anwase), Logo y Guma (Yelewata, Agan y Gbajimba), entre otras.
Las visitas de Amnistía Internacional a los campos para personas internamente desplazadas revelan que los refugios son totalmente inadecuados, lo que expone a sus habitantes a las inclemencias del tiempo, al hacinamiento y a un mayor riesgo de contraer enfermedades, así como a la violencia de género, incluida la violación y la violencia de género en el ámbito familiar.
El acceso a la atención sanitaria también es un reto importante en los campos de personas internamente desplazadas, donde no se dispone de tratamiento para las enfermedades y dolencias más comunes, como la malaria, la fiebre tifoidea y las úlceras estomacales. Según un responsable de un campamento, en los campos para personas internamente desplazadas hay nacimientos casi a diario, y muchas mujeres embarazadas necesitan atención médica y contraen infecciones debido a las deficientes condiciones higiénicas.
Una persona internamente desplazada contó a Amnistía Internacional: “Si no conseguimos medicamentos, no podemos más que sentarnos a mirar a la persona enferma, sin poder ayudarla.”
En los campos para personas internamente desplazadas, muchos niños y niñas no pueden ejercer su derecho a la educación.
“Nuestros hijos e hijas ya no van a la escuela y las autoridades no han tomado ninguna medida para impartir clases aquí en el campo. El gobierno debe poner fin a la inseguridad en nuestra zona de gobierno local y en el estado de Benue. Pero antes, debe proporcionar alimentos y refugio adecuado a quienes estamos en los campos de personas internamente desplazadas”, contó a Amnistía Internacional una persona en esa situación.
Un responsable de un campo dijo a Amnistía Internacional que se había construido una escuela improvisada en uno de los campos, pero que llevaba más de tres años cerrada porque las autoridades no podían seguir pagando los salarios de los maestros y maestras.
Hay cientos de menores que huyeron de sus hogares debido a los ataques y ahora viven sin el cuidado de sus padres. Los niños y niñas se separaron de sus familias cuando huían de los ataques contra sus aldeas y comunidades. Las autoridades han sido incapaces de proporcionar a estos niños y niñas vulnerables un lugar seguro donde vivir, con los servicios esenciales. Según lo que dos mujeres desplazadas internamente contaron a Amnistía Internacional:
La inacción persistente de las autoridades a la hora de hacer que los responsables rindan cuentas de sus actos está alimentando un círculo de impunidad que provoca inseguridad a toda la población. Las autoridades deben poner fin a la creciente cultura de impunidad que rodea estos ataques.
Isa Sanusi
“Cuando llegamos, ellos [mis hijos] se marcharon. No sé adónde se han ido. No puedo hablar con ellos. No tengo teléfono… Tengo ocho hijos y, como aquí en el campamento para personas internamente desplazadas no tenemos suficiente espacio, muchos de ellos se han marchado y no sé dónde están.”
Amnistía Internacional pide a las autoridades nigerianas que adopten medidas inmediatas para proporcionar ayuda humanitaria suficiente y accesible a la población sobreviviente de estos ataques. Las autoridades deben adoptar medidas para incorporar la Convención de la Unión Africana para la Protección y la Asistencia a los Desplazados Internos en África en el ordenamiento jurídico nacional y aplicarla de manera efectiva.
“La inacción persistente de las autoridades a la hora de hacer que los responsables rindan cuentas de sus actos está alimentando un círculo de impunidad que provoca inseguridad a toda la población. Las autoridades deben poner fin a la creciente cultura de impunidad que rodea estos ataques.”
“Pedimos a las autoridades que garanticen que todas las personas desplazadas a causa de los ataques en el estado de Benue reciban la asistencia humanitaria adecuada, incluida protección, refugio, alimentos, agua potable, saneamiento y atención sanitaria. Las autoridades deben garantizar que todas las personas que hayan sufrido pérdidas a causa de la crisis también reciban una indemnización adecuada”, ha afirmado Isa Sanusi.
Información complementaria
Amnistía Internacional Nigeria viene observando desde 2016 una intensificación de los ataques de bandidos y de los enfrentamientos entre ganaderos y agricultores en el estado de Benue. En 2020, la organización investigó la inacción de las autoridades a la hora de proteger a las comunidades rurales frente a los ataques, y, en 2025, investigó el aumento del número de víctimas mortales y la crisis humanitaria inminente en un contexto de ataques incontrolados de grupos armados.
Nigeria es Estado Parte en varios tratados que garantizan los derechos humanos de todas las personas en el país, independientemente de las circunstancias. Se trata en concreto del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas y la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, en virtud de los cuales las autoridades nigerianas tienen la obligación de garantizar la igualdad de acceso a los derechos a la vivienda, la salud, la alimentación, el agua, el saneamiento y la educación, entre otros.