¿Qué es el género? Y por qué es importante entenderlo

Es difícil pasar por alto los debates cada vez más frecuentes sobre la palabra “género”. En las últimas décadas se han producido avances históricos en la lucha por la igualdad de las mujeres y las niñas en el acceso a los derechos y las oportunidades en todo el mundo. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, ha habido algunos progresos en el reconocimiento de los derechos de las personas LGBTI.

Sin embargo, se está extendiendo una peligrosa reacción “contra los derechos de género” que supone una amenaza para los derechos humanos de millones de personas en todo el mundo. Se está utilizando información errónea y desinformación para atacarlo todo: desde la educación sexual integral y el deporte hasta los derechos de las personas LGBTI y los derechos sexuales y reproductivos.

Recientes pronunciamientos políticos y decisiones jurídicas, como por ejemplo la decepcionante sentencia del Tribunal Supremo británico sobre la interpretación de la Ley de Igualdad del Reino Unido y las órdenes ejecutivas del presidente de Estados Unidos Donald Trump que tratan de “proteger a las mujeres de la ideología de género”, revelan un alarmante retroceso hacia la represión, la intolerancia y la discriminación.

¿Qué es el género?

En términos generales, el género puede entenderse como una construcción social de normas, roles y conductas asociadas al sexo que se asigna a una persona al nacer y que condicionan su acceso al poder, a los recursos y al disfrute equitativo de los derechos, entre otras áreas.

Cuando una persona nace, se le asigna el sexo “masculino” o “femenino” basándose en sus características sexuales (a menudo sus genitales externos, pero en algunos casos también sus hormonas y cromosomas). Habitualmente, al bebé que tiene pene se le asigna el sexo “masculino” y al que tiene vulva, el “femenino”.

Sin embargo, no todo el mundo tiene características sexuales que se ajustan exactamente a esta asignación. Por ejemplo, muchas personas nacen con variaciones intersexuales: sus cromosomas pueden ser diferentes, o sus genitales externos, sus hormonas o sus órganos internos no se ajustan al típico concepto binario de cuerpo “masculino” y “femenino”. Existen muchas variaciones sanas que se producen naturalmente. Sin embargo, a la mayoría de las personas se las hace encajar obligatoriamente en categorías binarias de sexo y género.

¿Qué son las normas y roles de género?

Desde la niñez comenzamos a recibir mensajes sobre cómo comportarnos, en qué actividades participar, qué ropa ponernos, qué se espera de nosotros/as y cómo expresarnos según estas características sexuales. Estas ideas pueden cambiar con el tiempo y variar según la sociedad de que se trate, y están determinadas por factores diversos, como la clase, la discapacidad, la raza, la casta, la etnia, etc.

Estos mensajes tempranos pueden llevar a muchas personas a seguir los roles y expresiones de género que les asignaron. Para algunas esto puede estar bien, pero para muchas es un problema, sencillamente porque lo que sienten que son no coincide con lo que la sociedad les dice que deben ser.

Las personas cuya autopercepción y percepción de género no se ajusta al sexo y el género que les asignaron al nacer —y las consiguientes prescripciones de normas, roles y expresiones de género— utilizan identidades transgénero, no binarias y toda una serie de identidades de género diverso.

¿Quieres saber más sobre lo que significan estos términos? Consulta nuestra página web sobre derechos LGBTI.

Los roles y normas de género estructuran la sociedad de tal forma que determinan el acceso de una persona al poder, los recursos y los derechos, a menudo de forma no equitativa. Habitualmente, las características relacionadas con actitudes y conductas masculinas (las cualidades que se consideran típicas de un “hombre”) son más valoradas que las actitudes y conductas femeninas (las cualidades que se consideran típicas de una “mujer”). Por ejemplo, en un hombre la asertividad suele ser alabada y vista como una cualidad, mientras que la sensibilidad, algo que normalmente se espera de una mujer, suele menospreciarse. Este doble rasero se traduce en una brecha de género en numerosos aspectos, por ejemplo los salarios, el acceso a la educación, el empleo y la atención sanitaria.

Obligar a las personas a ajustarse a las ideas que dicta la sociedad respecto al género puede dejarles profundas secuelas emocionales y psicológicas e impedirles vivir plenamente. Es importante recordar que estas ideas son aprendidas, y por tanto pueden desaprenderse.

¿No tienes claro lo que significan términos como identidad de género, expresión de género, orientación sexual, orientación afectiva y otros que suelen utilizarse en este contexto? Un punto de partida fácil y accesible para entenderlos es la explicación que ofrece la web “It’s Pronounced Metrosexual (IPM)” con su “Gingerbread person” (figura de pan de jengibre).

¿A qué se debe el pánico a “ideología de género”?

Al comenzar su mandato en enero de 2025, el presidente de Estados Unidos Donald Trump dictó una orden ejecutiva para defender a las mujeres “del extremismo de la ideología de género”. Este término, empleado por figuras políticas y grupos religiosos, entre otros, se ha convertido en una forma rápida de atacar varios aspectos de la sexualidad, las normas progresistas de género y la autonomía corporal. En 1997, el Vaticano se refirió a la “ideología de género” para argumentar que los roles de hombre y mujer estaban determinados por la biología y eran “naturales” e inmutables. Ese mismo argumento se ha utilizado innumerables veces desde entonces, y cualquier intento de rebatirlo se considera un ataque a las “tradiciones” y los “valores familiares”

Desde que el término “ideología de género” entró a formar parte del discurso público general, se ha utilizado para menoscabar los derechos a la autonomía corporal, la intimidad, la expresión, la salud y una serie de otros derechos de mujeres, niñas y personas LGBTI. Como consecuencia, ha habido retrocesos en la educación sexual integral, los derechos sexuales y reproductivos, los derechos de las personas LGBTI, la aceptación de distintos tipos de familias, los intentos de abordar la violencia de género holísticamente, la prevención del VIH y otros asuntos más.

Sin embargo, dado que el género es una construcción social y la forma en que se manifiesta cambia con el tiempo, es necesario presentar este pánico creado artificialmente como lo que es: un intento de acabar con la reivindicación por parte de distintos grupos de una estructura social, económica y política más equitativa y no discriminatoria.

¿El avance en los derechos de género menoscaba los derechos de la mujer?

Categóricamente, no.

La jerarquía de los roles de género y su rígida aplicación fomenta la discriminación, la violencia y el abuso contra todas las mujeres y las niñas y las personas de género diverso.

Que haya unos roles de género rígidos y que las personas estén obligadas a ajustarse a ellos tiene graves consecuencias, pues les impide desarrollar todo su potenciar y expresarse plenamente. Por ejemplo, ideas como “los hombres son agresivos” y “las mujeres son pasivas” pueden fomentar y normalizar la violencia. Igualmente, la idea de que las mujeres y las niñas tienen más capacidad para prestar cuidados genera una distribución no equitativa de las responsabilidades relativas a los cuidados, a causa de la cual las mujeres y las niñas se ven obligadas a dejar los estudios, su salud se ve afectada y no pueden ejercer trabajos retribuidos. Las personas cuya identidad y/o expresión de género no se ajusta a estas rígidas normas sufren discriminación y violencia en todo el mundo por “desafiarlas”.

Por consiguiente, en lugar de minimizar los daños contra un grupo, entender que la violencia contra las mujeres y las niñas comparte raíces con la violencia contra las personas LGBTI y se basa en una estricta aplicación de las normas, roles, estereotipos y expresiones de género, además de reforzar estructuras de poder injustas, nos permite abordar la cuestión como un problema estructural que exige un análisis más profundo y soluciones holísticas.

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