¿Qué está pasando con las protestas por la reforma de los cupos en Bangladesh?

El 15 de julio de 2024, estudiantes de la Universidad de Dacca estaban sentados con pancartas y banderas haciendo una protesta pacífica para reivindicar la reforma de la asignación de cupos para empleos públicos en Bangladesh cuando de repente fueron atacados por individuos armados con varas, bastones y palos, y algunos incluso con pistolas. En cuestión de horas se observó en todo el país un patrón de ataques similares coordinados por presuntos miembros de la Liga Chatra de Bangladesh —grupo afiliado a la gobernante Liga Awami— contra manifestantes estudiantiles.

La tarde del 16 de julio, la policía disparó gas lacrimógeno y cargó con porras contra la protesta frente a la Universidad Begum Rokeya, en la ciudad noroccidental de Rangpur, donde se habían reunido los estudiantes, encabezados por Abu Sayed, coordinador de la protesta, entre otros.

¿Qué le pasó a Abu Sayed?

Abu Sayed, estudiante de inglés en la Universidad Begum Rokeya de Rangpur, se mantuvo firme. Cuando la policía se acercó, abrió los brazos de par en par en un gesto de desafío.

En un ataque aparentemente intencionado e injustificable, la policía le disparó directamente al pecho.

Al menos dos agentes de policía dispararon con escopetas del calibre 12 directamente hacia él desde el otro lado de la calle, desde una distancia de sólo 15 metros.

Sayed se agarró el pecho al sentir el impacto mientras los agentes disparaban al menos dos veces más con perdigones, munición concebida para la caza que es extremadamente peligrosa, intrínsecamente imprecisa y, por tanto, de uso ilegal en el control de protestas.

Sayed no representaba ninguna amenaza física evidente para la policía.

El certificado de defunción de Sayed dice que “ingresó cadáver” en el hospital.

Tenía sólo 25 años.

El vídeo del brutal asesinato de Sayed causó indignación y se convirtió en símbolo de la violencia dirigida contra quienes protestan en Bangladesh desde el 15 de julio de 2024.

Captura de pantalla de las imágenes emitidas por Jamuna TV que muestran a Abu Sayed, activista estudiantil bangladeshí asesinado por la policía de Bangladesh el 16 de julio de 2024.
Captura de pantalla de las imágenes emitidas por Jamuna TV que muestran a Abu Sayed, activista estudiantil bangladeshí asesinado por la policía de Bangladesh el 16 de julio de 2024.

¿Qué les pasó a quienes participaron en las protestas?

El 18 de julio ya se habían denunciado 32 muertes, y las autoridades continuaban atacando a manifestantes. El mayor número de muertes notificadas en un solo día fue de 75, el 19 de julio. El Gobierno propuso un debate, pero los manifestantes lo rechazaron en vista del creciente número de muertes.

No sólo manifestantes, sino también periodistas y transeúntes fueron agredidos o asesinados durante la represión.

Después, todo el país quedó desconectado cuando el gobierno impuso un apagón de las comunicaciones, dejando al mundo a oscuras sobre lo que estaba sucediendo. Los días siguientes, el tristemente célebre Batallón de Acción Rápida, la Guardia Fronteriza de Bangladesh y el ejército fueron desplegados por todo el país y se impuso un toque de queda con órdenes de “disparar en el acto”.

Cinco días más tarde se levantaron parcialmente las restricciones de Internet. Más de 200 personas habían perdido la vida en menos de 10 días y miles más habían resultado heridas. Pocos países han visto un número tan elevado de víctimas en tan poco tiempo. Según información publicada en medios de comunicación, al menos 2.500 personas también han sufrido detención arbitraria y alrededor de 61.000 manifestantes se enfrentan a acusaciones formales.

¿Por qué protestan?

Los estudiantes protestan por el restablecimiento de un cupo que reserva el 30 por ciento de los puestos de la administración pública a descendientes de los veteranos de la guerra de independencia (y que, según argumentan, favorece a los simpatizantes del partido gobernante). El gobierno había cancelado este cupo ante las protestas estudiantiles masivas en 2018. Tras una petición por escrito presentada por un grupo de familiares de veteranos de guerra, el Tribunal Supremo de Bangladesh restableció el cupo del 30% a finales de junio. El 21 de julio, en medio de las protestas, el toque de queda y el cierre de Internet, el Tribunal Supremo emitió una orden para reducir el cupo del 30% al 5%. Las protestas continúan en algunas zonas, y los manifestantes exigen justicia y rendición de cuentas por las personas asesinadas, heridas y arrestadas en las últimas semanas.

Un grupo de policías se lleva a un hombre agarrado de brazos y piernas.
La policía bangladeshí detiene a un hombre en la Universidad de Dacca al día siguiente del enfrentamiento entre manifestantes contra el cupo y miembros de la Liga Chatra de Bangladesh (brazo estudiantil del partido gobernante) en el campus universitario, en Dacca (Bangladesh), el 17 de julio de 2024. Estudiantes bangladeshíes lloran la muerte de compañeros y compañeras de clase en las protestas por las normas de contratación de empleo público, un día después de que el gobierno ordenara el cierre indefinido de todos los centros educativos del país para restablecer el orden. (Foto de Zabed Hasnain Chowdhury/NurPhoto vía Getty Images)

¿Qué violaciones de derechos humanos están cometiendo las autoridades durante las protestas?

Uso ilegítimo de la fuerza

Las autoridades recurrieron a diversas tácticas para responder de manera punitiva a los manifestantes estudiantiles, incluido el uso ilegal de armas letales y menos letales en el control policial de las protestas en Bangladesh, y causaron cientos de muertes. Las fuerzas de seguridad —incluidos el Batallón de Acción Rápida, la Guardia Fronteriza de Bangladesh y la policía— han utilizado ilegalmente armas letales y de letalidad reducida (incluidas escopetas del calibre 12 cargadas con perdigones, lanzagranadas de 37/38 mm, fusiles de asalto de patrón AK y fusiles de asalto tipo 56-1 chinos) así como gases lacrimógenos contra manifestantes, según ha verificado Amnistía Internacional.

Detenciones y reclusiones arbitrarias

Las autoridades están llevando a cabo detenciones arbitrarias de manifestantes, activistas y ciudadanos/as corrientes. Asimismo han ejercido la violencia contra periodistas y han interrumpido sus esfuerzos para informar de forma libre y segura. Además, impusieron una prohibición general de las protestas que restringe aún más el derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica.

Según información publicada recientemente en medios de comunicación, las fuerzas de seguridad han llevado a cabo redadas y detenciones masivas de estudiantes y activistas de la oposición en muchos barrios. En una conferencia de prensa virtual, un coordinador del movimiento estudiantil contra la discriminación denunció que más de 3.500 estudiantes han sufrido detención arbitraria en todo el país.

Cierre de Internet

El 18 de julio, las autoridades impusieron un cierre total de Internet en todo el país, aislando Bangladesh del resto del mundo. Cinco días después, el 23 de julio, el cierre de Internet se levantó parcialmente en algunas partes del país.

El cierre de Internet fue una medida temeraria en una semana de escalada de la violencia y de supresión estatal de los derechos humanos, un momento en el que el acceso a información fiable era fundamental.

Los cierres generales afectan a la seguridad, la protección, la movilidad y los medios de vida de las personas, al tiempo que crean inestabilidad y pánico, lo que socava aún más su confianza en las autoridades.

Violencia despiadada

En múltiples vídeos del 18 de julio se ve el cuerpo inerte de Shykh Aashhabul Yamin, estudiante del Instituto Militar de Ciencia y Tecnología, en la parte superior de un vehículo blindado para transporte de personal que se desplaza por la carretera de Dacca a Aricha. En tres vídeos verificados por Amnistía Internacional se ve cómo varios agentes bajan violentamente a Yamin del vehículo, y cómo su cabeza golpea contra el pavimento al caer. Después se ve cómo otros agentes arrastran el cuerpo de Yamin sobre las barreras de la mediana, lo abandonan en la carretera y finalmente se van en su vehículo policial. Informes de prensa afirman que Yamin murió ese mismo día a causa de las lesiones. Ninguno de los 12 agentes visibles intentó prestar asistencia médica a Yamin. El apartado 5.c de los Principios Básicos de las Naciones Unidas sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley establece que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley deben garantizar que se presta lo antes posible asistencia y servicios médicos a las personas heridas o afectadas.

Este suceso ilustra el cruel desprecio por el derecho a la vida y el abyecto incumplimiento por parte de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley de sus obligaciones en virtud del derecho nacional e internacional de los derechos humanos.

Gente en una protesta sosteniendo carteles que dicen “Dejen ya de matar estudiantes” y “La comunidad internacional se opone a los asesinatos de estudiantes”.
Activistas se manifiestan frente a la Embajada de Bangladesh en la capital de Sri Lanka, Colombo, el 22 de julio de 2024, para exigir que el gobierno bangladeshí deje de reprimir a quienes se manifiestan contra el polémico sistema de cupos en la asignación de empleo público. (Foto de Ishara S. Kodikara/AFP) (Foto de Ishara S. Kodikara/AFP vía Getty Images)

¿Qué está haciendo Amnistía?

Desde que estallaron las protestas en Bangladesh en julio de 2024, hemos documentado sistemáticamente crímenes de derecho internacional y otras violaciones graves de derechos humanos cometidas por las autoridades bangladeshíes durante las acciones represivas relacionadas con las protestas.

Hasta ahora hemos verificado y documentado:

  • uso ilegal de armas letales y de letalidad reducida que dan lugar a violaciones del derecho a la vida y el derecho a no sufrir tortura ni otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes;
  • omisión de asistencia médica a manifestantes heridos; y
  • detenciones y reclusiones arbitrarias masivas.

No dejaremos de investigar los crímenes cometidos por las autoridades de Bangladesh durante y después del levantamiento estudiantil ni de exigir a éstas que rindan cuentas.

¿Cómo puedes ayudar a las personas que protestan en Bangladesh?

Todas las acciones anteriores son una prueba escandalosa de las graves violaciones de derechos humanos que las autoridades de Bangladesh están cometiendo con impunidad. Las autoridades bangladeshíes no han protegido ni facilitado la protesta y la disidencia. Deben poner fin de inmediato a sus medidas represivas, que son un intento deliberado de aplastar las protestas y cualquier disidencia futura.

La diáspora bangladeshí en todo el mundo se ha significado para exigir el fin de la represión y del alto número de muertes. Algunas personas han sido detenidas y condenadas injustamente en juicios colectivos, como en Emiratos Árabes Unidos. Debemos solidarizarnos con quienes protestan y con todas las personas que siguen reclamando justicia y rendición de cuentas, a pesar de los riesgos.

A lo largo de la historia, la protesta pacífica ha desempeñado un papel fundamental en el logro de muchos de nuestros derechos y libertades y, sin embargo, leyes y políticas represivas combinadas con prácticas injustificadas y el uso abusivo de medidas policiales están creando un entorno tóxico en todo el mundo que representa un verdadero peligro para la protesta y quienes protestan pacíficamente. Hay un paralelismo claro en la forma en que las autoridades están disuadiendo, criminalizando, vejando y castigando a las personas que protestan de manera pacífica en Europa, América, África y Asia. Es hora de unir a personas de todo el mundo para proteger la protesta.

En The Diplomat se ha publicado una versión abreviada de esta pieza.

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