¿Qué pasa con el compromiso de ingresar un proyecto de ley para el financiamiento de los sitios de memoria?

Durante la tramitación legislativa del presupuesto de la Nación para el año 2025, el Ejecutivo presentó un acuerdo marco donde se comprometió a presentar un proyecto de ley que abordara las fuentes y modalidades de financiamiento para los sitios de memoria, y permita trasladar la responsabilidad de su financiamiento desde el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural a la Subsecretaría de Derechos Humanos. Ese plazo vence hoy, con el fin del primer semestre.

La situación de los sitios de memoria en Chile es crítica, llegando a poner en riesgo su funcionamiento cotidiano y sostenibilidad a mediano plazo. Estos espacios —fundamentales para preservar la memoria colectiva, promover la verdad, justicia y reparación, como base para que las terribles violaciones a los derechos humanos del pasado no vuelvan a repetirse— enfrentan desafíos estructurales que ponen en riesgo su funcionamiento y legado.

¿A qué se enfrentan hoy los sitios de memoria?

1. Financiamiento precario y discontinuo:

La mayoría de los sitios de memoria en Chile depende de fondos concursables anuales, otorgados principalmente a través del Programa de Sitios de Memoria del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Ministerio de las Culturas). Estos recursos, además de ser limitados, promueven una lógica de competencia entre espacios que debieran recibir apoyo de manera permanente y equitativa. Su precariedad impide garantizar continuidad en el tiempo, dificulta cualquier planificación a largo plazo y, en muchos casos, ni siquiera permite cubrir gastos básicos como electricidad, mantención de infraestructuras o remuneraciones.

Algunos sitios quedan excluidos por no cumplir con requisitos formales o por no calificar dentro del marco de financiamiento disponible.

2. Inestabilidad institucional

Aunque algunos sitios han sido reconocidos oficialmente, muchos están fuera del inventario nacional de Sitios de Memoria, lo que dificulta aún más su acceso a recursos estatales.

La falta de una política estatal clara y permanente para estos espacios significa que su existencia depende del trabajo voluntario y de la persistencia de las organizaciones de la sociedad civil que los gestionan.

3. Infraestructura deteriorada

Prácticamente todos los sitios se encuentran en malas condiciones de infraestructura, lo que compromete tanto la seguridad de visitantes como la conservación del patrimonio. Hay problemas de accesibilidad, equipamiento y señalética, lo que limita su uso pedagógico y cultural.

4. Sobreexigencia a los equipos humanos

Muchos sitios son gestionados por colectivos de familiares de víctimas, ex presas y presos políticos o activistas, que no cuentan con remuneración estable. Las labores de guía, archivo, mantención, comunicación, gestión y mediación recaen en pocas personas, muchas veces voluntarias, lo que genera un enorme desgaste.

La memoria de Chile no puede depender de concursos ni voluntarismo

Los sitios de memoria son espacios educativos, culturales y éticos fundamentales para la democracia. Su fragilidad es una señal del poco compromiso estructural del Estado con la reparación y la no repetición. Por eso desde Amnistía Internacional Chile preguntamos: Ministro, ministra, ¿qué va a pasar con los sitios de memoria en Chile? Exigimos que se cumpla con el compromiso ya.