Ante la noticia de que Diana Loginova (o Naoko) y Aleksandr Orlov, intérpretes del grupo de música callejera Stoptime, están en detención administrativa por tercera vez, Denis Krivosheev, director adjunto de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha manifestado:
“Los reiterados arrestos de Naoko y otros miembros de su grupo son un castigo por sus actuaciones públicas, que se han convertido en un soplo de aire fresco en un país asfixiado por la represión y la autocensura.”
“Peor aún, la insistencia de las autoridades en perseguir a Naoko y demás miembros de su grupo suscita el temor de que se estén preparando cargos en su contra. Quienes legislan en Rusia han aprobado tantas leyes represivas y de ambigua definición que procesar a alguien por expresar opiniones contra la guerra es poco más que un tecnicismo.”
“Las autoridades deben liberar de forma inmediata e incondicional a Naoko, Aleksandr Orlov y todas las demás personas que hacen música en la calle y están bajo custodia por actos de protesta contra la guerra, en los que simplemente ejercían su derecho a la libertad de expresión. Su único ‘delito’ es cantar canciones que cuestionan la asfixiante narrativa oficial.”
Las autoridades deben liberar de forma inmediata e incondicional a Naoko, Aleksandr Orlov y todas las demás personas que hacen música en la calle y están bajo custodia por actos de protesta contra la guerra, en los que simplemente ejercían su derecho a la libertad de expresión. Su único ‘delito’ es cantar canciones que cuestionan la asfixiante narrativa oficial.
Denis Krivosheev, director adjunto de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central
Información complementaria
En octubre se hicieron virales varios vídeos del grupo musical Stoptime interpretando en San Petersburgo canciones compuestas por músicos rusos en el exilio. Multitud de personas empezaron a cantar canciones que criticaban a las autoridades, las violaciones de derechos humanos y la guerra contra ucrania.
La policía arrestó a tres miembros del grupo —la vocalista Diana Loginova (Naoko), el guitarrista Aleksandr Orlov y el batería Vladislav Leontyev— el 15 de octubre por “organizar una reunión multitudinaria que altere el orden público” (artículo 20.2.2.1 del Código de Faltas Administrativas de Rusia). A Loginova y Leontyev les impusieron 13 días de detención administrativa y a Orlov, 12. Además, el tribunal impuso a Loginova una multa de 30.000 rublos (unos 370 dólares estadounidenses) por “desacreditar a las fuerzas armadas rusas” en aplicación del artículo 20.3.3 del Código de Faltas Administrativas.
Una vez cumplidos los periodos de detención administrativa el 27 y 28 de octubre, la policía volvió a arrestarlos inmediatamente en aplicación del artículo 20.2.2 por actuaciones anteriores, y se les impuso detención administrativa durante 12-13 días. A Naoko le impusieron 13 días adicionales por “vandalismo leve” (artículo 20.1 del Código), por usar presuntamente un lenguaje obsceno durante una de sus actuaciones, y otra multa por “desacreditación”.
Los días 9 y 10 de noviembre, Orlov y Loginova fueron detenidos por tercera vez consecutiva tras haber cumplido el periodo de detención. Las autoridades, que no han revelado los motivos de la nueva detención, siguen un patrón de “arrestos en bucle”, práctica destinada a prolongar la privación de libertad sin presentar cargos.
El caso de estos músicos motivó conciertos de solidaridad en toda Rusia. En Ekaterimburgo, Evgeny Mikhailov fue sometido a 14 días de detención administrativa por “vandalismo leve”, “gritar consignas y alterar el orden público” y “desacreditar a las fuerzas armadas”. En Perm, un tribunal impuso siete días de detención administrativa a Yekaterina Romanova (Ostasheva), artista callejera, por “no someterse a un test de drogas”, más 15 días y 60 horas de trabajo comunitario por “desobedecer a la policía”. Asimismo, la policía detuvo a tres intérpretes en San Petersburgo y a un manifestante en Moscú, cuyas identidades aún se desconocen.
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