¿Por qué es importante la reparación por el colonialismo y la esclavitud?

En todo el mundo, hay personas que siguen sufriendo los efectos duraderos de la esclavitud y el colonialismo, y que luchan para obtener la reparación que merecen de los gobiernos y actores no estatales que perpetraron estas injusticias históricas y se beneficiaron de ellas.

En este documento explicativo, analizamos los tipos de reparación por estos agravios históricos, los efectos duraderos de la esclavitud y el colonialismo, y por qué esta cuestión sigue siendo pertinente.


¿Qué es la reparación?

La mayoría de las veces, la palabra reparación se utiliza en relación con el dinero que se da como reconocimiento de una conducta indebida o ilegítima para reparar el daño causado por dicha conducta o como consecuencia de ella.

Según el derecho internacional, las víctimas de crímenes previstos en el derecho internacional y de violaciones de derechos humanos tienen derecho a obtener reparación. La palabra reparación engloba las medidas para reparar violaciones de derechos humanos que proporcionan una serie de remedios materiales y simbólicos a las víctimas o a sus familias, así como a las comunidades afectadas.

La reparación debe ser suficiente, efectiva, rápida y proporcional a la gravedad de las violaciones y el daño sufridos.

¿Qué tipos de reparación existen?

La reparación puede adoptar varias formas:

  • La indemnización, cuando el Estado entrega dinero a las personas afectadas como una forma de compensar el daño, los perjuicios o las pérdidas sufridas.
  • La rehabilitación, que puedeincluir atención médica y psicológica, así como servicios jurídicos y sociales.
  • La restitución, que implica restablecer a las víctimas en la posición que habrían tenido si no se hubiera producido el daño.
  • La satisfacción, que incluye medidas efectivas encaminadas al cese de unas violaciones continuas, la verificación de los hechos, y la revelación completa y pública de la verdad en la medida en que dicha revelación no cause más daño o ponga en peligro la seguridad y los intereses de la víctima; o una disculpa pública.
  • Las garantías de no repetición, que incluyen medidas encaminadas a prevenir el daño y las violaciones de derechos humanos en el futuro abordando las causas fundamentales.

Caso práctico: Los niños y niñas métis del gobierno colonial belga

Para otras personas, la reparación puede adoptar forma de la educación, como se ve en el caso de Jacqui Goegebeur.

Mujer mayor de ojos bondadosos, piel marrón clara y pelo gris, lleva una bufanda de colores y mira pensativa a cámara sobre un fondo de hojas otoñales.
Jacqui Goegebeur fue secuestrada cuando tenía tres años y enviada a vivir con unas personas desconocidas en Bélgica.

Jacqui fue una de los miles de niños y niñas “métis” (de origen mixto afroeuropeo) separados sistemáticamente de sus madres y secuestrados hace 70 años, durante el gobierno colonial belga en Ruanda, Burundi y República Democrática del Congo. Cuando tenía tres años, Jacqui fue secuestrada y enviada a vivir en Bélgica con unas personas desconocidas. Su familia se rompió, dejando un legado de dolor y sufrimiento que aún se siente hoy día. Actualmente, Jacqui pide una reparación, aunque de formas diferentes.

“Quiero que se financien estudios que nos ayuden a comprender nuestro pasado”.


¿Por qué necesitamos reparación por la esclavitud y el colonialismo si éstos ocurrieron hace tanto tiempo?

La esclavitud, la trata de personas esclavizadas y el colonialismo no son sólo daños del pasado. Para las personas racializadas, incluidas las indígenas, los legados de la esclavitud, la trata de personas esclavizadas y el colonialismo persisten en las estructuras actuales de discriminación, subordinación y desigualdad raciales.

Estos legados siguen siendo algunos de los principales obstáculos para el pleno disfrute de los derechos humanos por las personas racializadas, incluidas las indígenas, de todo el mundo en nuestros días. Los perjuicios históricos de la esclavitud y el colonialismo están, por tanto, inextricablemente ligados a las injusticias raciales actuales, la desigualdad global y las violaciones de derechos humanos.

Hay un reconocimiento creciente por parte de los órganos y mecanismos internacionales de derechos humanos de que los legados de la esclavitud, incluida la trata transatlántica de personas esclavizadas, y el colonialismo exigen una justicia restaurativa urgente.

¿Qué atrocidades se cometieron bajo el dominio colonial europeo?

Se calcula que, a lo largo de la historia, entre 25 y 30 millones de personas fueron arrancadas violentamente de África para ser esclavizadas. Desde principios del siglo XVI hasta mediados del siglo XIX, aproximadamente 12,5 millones de personas africanas fueron esclavizadas por europeos y enviadas a las colonias de las Américas en lo que se conoce como “trata transatlántica de personas esclavizadas”. De esos 12,5 millones de personas africanas esclavizadas, se calcula que del orden de 2 millones perdieron la vida durante la travesía del océano Atlántico.

La trata de personas esclavizadas no sólo afectó a los continentes africano y americano. Por ejemplo, entre 1500 y 1850, los europeos también participaron, directa o indirectamente, en la trata de entre 953.900 y 1.275.900 personas esclavizadas “en un mundo oceánico que se extendía desde África Oriental y Madagascar hasta el Golfo Pérsico, Asia Meridional y los archipiélagos de Indonesia y Filipinas”.

Los imperios coloniales construidos por Estados europeos entre los siglos XV y XX se extendieron por casi el 80% del planeta. Dicho de otro modo, dos tercios de los países miembros de las Naciones Unidas —aproximadamente 127 de los 193 Estados miembros— estuvieron sometidos al dominio colonial europeo en algún momento de la historia. En muchos casos, este dominio se prolongó durante más de 250 años. Entre los numerosos daños causados por el colonialismo figuran la negación de la libre determinación y la desposesión de las tierras de las poblaciones indígenas, la imposición de fronteras coloniales, el saqueo de recursos naturales, la explotación del trabajo de las personas esclavizadas y colonizadas, y la destrucción de las culturas, lenguas y sistemas de conocimiento locales.

¿Cuáles son los efectos actuales de la esclavitud y el colonialismo?

El colonialismo europeo y la esclavitud construyeron el mundo en el que vivimos actualmente. Es palpable en todo lo que nos rodea: tanto en las fronteras que nos dividen como en los idiomas que hablamos, pasando por los sistemas de conocimiento que se nos enseñan. La increíble riqueza que acumularon los Estados europeos a través de la esclavitud y el colonialismo ha desembocado en la flagrante desigualdad que sigue caracterizando el orden mundial.

A menudo pensamos en la esclavitud y el colonialismo como algo que ha quedado atrás, pero aún vivimos bajo su sombra alargada. Vivimos en un mundo moldeado por la lógica colonial.

Por ejemplo, los lugares de origen y destino de las migraciones se corresponden claramente con historias creadas bajo el poder colonial, y es muy probable que los países de bajos ingresos sean excolonias. Por tanto, aunque la trata transatlántica de personas esclavizadas haya terminado, muchas de las ideas sobre la organización del mundo y quién puede desplazarse a dónde, cómo, por qué y cuándo encajan a la perfección con esas divisiones; por eso son tan difíciles de erradicar.

¿Cuáles son algunos de los países que aún sufren los efectos del colonialismo?

Países de todo el mundo, como Haití, siguen sufriendo los efectos del colonialismo y la esclavitud. Los efectos dañinos y duraderos de lo que se conoce como “deuda de la independencia” de Haití, junto con los legados de la esclavitud y el colonialismo, siguen condicionando las realidades política, social, económica, humanitaria y de los derechos humanos del país. La carga financiera impuesta por Francia en 1825 bajo amenaza de fuerza militar paralizó las arraigadas desigualdades estructurales del país que persisten hasta hoy. En 2025 se conmemora el bicentenario de la imposición de la deuda, y activistas de Haití y organizaciones internacionales están renovando los llamamientos para que Francia ofrezca una reparación y reconozca el profundo daño causado por la esclavitud y el colonialismo.

En Namibia, más de un siglo después del genocidio colonial que cometió Alemania contra los pueblos indígenas ovaherero y nama, las comunidades descendientes siguen sufriendo el impacto de sus legados. La desposesión de tierras ancestrales y la pérdida de la herencia cultural como consecuencia del genocidio han causado un daño irreparable y transgeneracional a los pueblos ovaherero y nama que perdura hasta hoy.

Además, los pueblos indígenas de Namibia sufren actualmente la perpetuación de patrones coloniales mediante nuevas formas de desposesión impulsadas por la extracción de recursos naturales y la transición a energías renovables. Por ejemplo, la Asociación de Dirigentes Tradicionales Namas ha presentado un recurso contra la construcción prevista de un importante proyecto de energía renovable por una empresa conjunta europea en tierras ancestrales namas. A pesar de que los gobiernos namibio y alemán han concluido una declaración conjunta para abordar el pasado colonial, el acuerdo no contempla una reparación directa a las comunidades de descendientes ovahereros y namas, y no estableció una participación significativa de las comunidades afectadas en la negociación de la declaración. Debido a esto, los líderes y lideresas namas y ovahereros han rechazado la declaración y siguen luchando para obtener de Alemania una justicia restaurativa, no sólo mediante la incidencia política, sino también a través de los tribunales de justicia.

¿Han reconocido los gobiernos la necesidad de reparación?

Hace demasiado tiempo que comunidades y personas afectadas directamente por injusticias históricas reclaman una reparación, sobre todo los pueblos indígenas y las personas afrodescendientes. Los Estados europeos y otros responsables siguen sin rendir cuentas del colonialismo, la esclavitud, la trata de personas esclavizadas y sus legados actuales.

Aunque un número cada vez mayor de Estados, instituciones y empresas ha empezado a reconocer el papel que desempeñaron en la esclavitud, la trata de personas esclavizadas y/o el colonialismo, o a pedir disculpas formalmente por ello, estas iniciativas no han ido acompañadas de otras medidas de justicia restaurativa como la restitución o la indemnización, centradas en las comunidades afectadas o decididas junto con ellas.

¿Qué obstáculos afrontan las personas y las comunidades para obtener una reparación?

Una de las mayores dificultades en la lucha por la reparación es que muchos Estados alegan que la esclavitud y el colonialismo no se consideraban ilegales en el momento en que se usaron. Debido a ello, afirman que no tienen ninguna obligación de reparar hoy.

Este argumento ha sido esgrimido por varios Estados europeos, especialmente por los que se beneficiaron y se siguen beneficiando del legado de la esclavitud y el colonialismo, para negar la existencia de una obligación en virtud del derecho internacional de proporcionar una reparación por estas injusticias históricas.

Por ejemplo, en 2022, Reino Unido votó en contra de una resolución de la ONU que pedía a los Estados que proporcionasen una reparación por injusticias del pasado aduciendo que Reino Unido no estaba de acuerdo “con las afirmaciones contenidas en esta resolución de que los Estados deben ofrecer una reparación por la trata de personas esclavizadas y el colonialismo, que causaron un gran sufrimiento a muchas personas pero que, en esa época, no eran violaciones del derecho internacional”.

¿Piden las comunidades cuentas a los Estados por el papel de éstos en el colonialismo y la esclavitud?

Sí, hay comunidades organizándose en todo el mundo para obtener una reparación, pero es un proceso lento y muchos Estados europeos siguen oponiéndose a las peticiones de reparación. En un hecho histórico, en diciembre de 2024, Bélgica fue declarada responsable de crímenes de lesa humanidad por actos cometidos durante la colonización, lo que fue un punto de inflexión para los Estados europeos. Esta decisión representa un reconocimiento muy esperado y respalda las demandas adicionales de reparación de personas métis víctimas y sobrevivientes de la colonización belga.

En Canadá, los pueblos indígenas llevan mucho tiempo luchando por la justicia restaurativa por violaciones de derechos tanto históricas como actuales, como las relativas a su derecho a la libre determinación y la pérdida de tierras ancestrales. La trata transatlántica de personas esclavizadas y sus perdurables legados crearon profundas desigualdades generacionales que siguen perjudicando a las personas afrodescendientes. Como parte del Imperio Británico, Canadá participó en este sistema con instituciones como la Hudson’s Bay Company, que se benefició enormemente del trabajo de las personas esclavizadas y en régimen de servidumbre. Mientras que los propietarios de personas esclavizadas eran indemnizados por sus “pérdidas” tras la abolición de la esclavitud mediante la Ley de Indemnización por Esclavitud —pagos que continuaron hasta 2015—, aún no se ha hecho justicia para las personas que fueron esclavizadas y explotadas, lo que convierte la petición de reparación en algo tanto urgente como necesario.

En 2012, cientos de indígenas presentaron una demanda colectiva contra las autoridades canadienses, pidiendo reparación por la separación forzosa de niños y niñas indígenas de sus familias y su internamiento en centros escolares en régimen de internado.El sistema de internados formaba parte de una política colonial concebida para erradicar las culturas, lenguas y comunidades indígenas en Canadá que tuvo como consecuencia la separación de alrededor de 150.000 niños y niñas de sus familias, de su identidad y de sus culturas. Además, en los internados abundaban el abandono y el maltrato de los niños y niñas indígenas, lo que causó miles de muertes.

Las historias de quienes sobrevivieron detallan los terribles malos tratos físicos y emocionales sufridos, origen de traumas duraderos.En enero de 2023, el gobierno canadiense accedió a pagar 2.000 millones de dólares estadounidenses para resolver una demanda, cantidad destinada a “revitalizar la educación, la cultura y la lengua indígenas, a fin de apoyar a quienes sobrevivieron en la curación y la reconexión con su legado”.Como resultado de una demanda colectiva anterior presentada por miles de sobrevivientes indígenas, el gobierno canadiense se disculpó formalmente por los daños del sistema de internados y mantuvo una Comisión de la Verdad y Reconciliación desde 2007 a 2015 para investigar y registrar crímenes y violaciones de derechos humanos cometidos contra niños y niñas indígenas en los internados canadienses.

Los órganos regionales también están abordando la cuestión de la reparación por injusticias históricas. En 2014, la Comunidad del Caribe (CARICOM) —órgano intergubernamental del Caribe— elaboró una agenda de 10 puntos para la justicia restaurativa que incluía una disculpa formal completa, la erradicación del analfabetismo y la cancelación de la deuda. La Unión Africana designó tema del año para 2025 la reparación para las personas africanas y afrodescendientes, que ahora se ha convertido en una década para la reparación que comenzará en 2026 y terminará en 2036.

¿Qué está haciendo Amnistía Internacional para promover la reparación?

La reparación conlleva no sólo justicia por las injusticias históricas de la esclavitud, la trata de personas esclavizadas y el colonialismo. Exige también desmantelar o transformar los sistemas y estructuras contemporáneos de discriminación, subordinación y desigualdad raciales que se construyeron bajo la esclavitud y el colonialismo, como la supremacía blanca. Por consiguiente, la reparación afecta a nuestro futuro y a nuestro presente en igual medida que a nuestro pasado.

En el último año, el Equipo de Justicia Racial de Amnistía Internacional:

  1. Ha desarrollado argumentos jurídicos basados en el derecho internacional a favor de la reparación.
  2. Ha hecho trabajo de incidencia, junto con la ONU, produciendo declaraciones orales, informaciones y aportaciones a resoluciones de la ONU, reuniones de incidencia y la organización conjunta de eventos paralelos con entidades asociadas.
  3. Ha trabajado junto con entidades asociadas para amplificar las peticiones de reparación, mediante la Conferencia Dekoloniale de Berlín, así como para los casos de Namibia y Haití.
  4. Ha seguido documentando los efectos del colonialismo y la esclavitud en los derechos humanos hoy.

El Equipo también trabaja con organizaciones asociadas y comunidades que luchan para que se haga justicia. Reúne a grupos y comunidades para que puedan aprender de diferentes procesos de reparación en curso, estudia casos de éxito y desafíos, y elabora estrategias sobre cómo se podrían usar el derecho internacional y el trabajo de incidencia para que se haga justicia restaurativa.

En el futuro, el Equipo asistirá al Festival Wakati Wetu en Nairobi (Kenia) los días 22 y 23 de octubre, donde trabajará con entidades asociadas como African Futures Lab para poner en marcha conversaciones globales sobre justicia restaurativa mediante el arte, el activismo y la comunidad.

Más información sobre el movimiento por la reparación: accede al curso aquí.

Contenido relacionado: