Ante la noticia de que Pfizer ha informado de que ha tenido 14.000 millones de dólares estadounidenses de ingresos por vacunas en el tercer trimestre y de que ganará 36.000 millones de dólares por las ventas de la vacuna al finalizar el año gracias a la distribución de la vacuna contra la COVID-19, Patrick Wilcken, director de Empresas y Derechos Humanos de Amnistía Internacional, ha declarado:
“Que Pfizer haya podido ganar miles de millones de dólares de ingresos sólo en los últimos tres meses al mismo tiempo que no ha suministrado vacunas a miles de millones de personas es un fracaso de proporciones catastróficas. No sólo la inmensa mayoría de sus vacunas ha ido a parar a países de ingresos altos y medianos altos, sino que, además, Pfizer se ha negado sistemáticamente a renunciar a sus derechos de propiedad intelectual y a compartir la tecnología de la vacuna mientras se beneficiaba de miles de millones de dólares de fondos gubernamentales y pedidos anticipados de países ricos.
“La aparentemente insaciable sed de beneficios de las grandes empresas farmacéuticas como Pfizer está alimentando una crisis de derechos humanos sin precedentes. Si no se las controla, los derechos a la vida y a la salud de miles de millones de personas de todo el mundo seguirán corriendo peligro.
“Amnistía Internacional apoya el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMC) de vacunar al 40% de los habitantes de los países de ingresos bajos y medianos bajos al finalizar 2021 con nuestra campaña Cuenta atrás de 100 días. Sólo nos quedan 59 días para que termine el año. Son 59 días para que los Estados redistribuyan con urgencia los cientos de millones de dosis sobrantes que tienen almacenadas y para que los desarrolladores de vacunas garanticen que se destinan a estos países al menos la mitad de las dosis que produzcan.”
“No es demasiado tarde para que Pfizer y sus competidores de las grandes farmacéuticas hagan lo correcto para la humanidad y cumplan sus obligaciones en materia de derechos humanos. A finales de mes, los miembros de la OMC se reunirán en Ginebra para hablar de la exención de los ADPIC con el fin de eliminar temporalmente los derechos de propiedad intelectual, lo que podría ampliar la capacidad mundial de fabricación de vacunas contra la COVID-19. Las grandes farmacéuticas deben dejar de presionar en contra de la exención para que la producción mundial pueda aumentar y diversificarse, y todas las personas del planeta puedan recibir una dosis de estas vacunas que salvan vidas.”
La campaña de Amnistía Internacional Cuenta atrás de 100 días pide a los Estados y las empresas farmacéuticas que compartan vacunas con los países de ingresos bajos y medianos bajos, para que se pueda proteger a más millones de personas frente a la COVID-19 en 2021. ¡Actúa ya!