Global: La población africana y afrodescendiente pide a Europa que haga frente a su legado colonial

En la Conferencia Dekoloniale de Berlín sobre África 2024, una contraversión decolonial de la Conferencia de Berlín sobre África 1884/85, celebrada hace 140 años, expertos y expertas del continente africano y de sus diásporas mundiales han pedido a los gobiernos europeos que aborden su pasado colonial y el impacto que sigue teniendo.

En la conferencia, celebrada el 15 de noviembre de 2024, se reunieron representantes de África y personas afrodescendientes para reflexionar sobre la historia y las consecuencias que aún perduran 140 años después de la inauguración de la Conferencia de Berlín sobre África 1884/85, en la que las potencias europeas ampliaron su alcance colonial a lo largo del continente africano. A la conferencia del 15 de noviembre también asistieron organizaciones de la sociedad civil que trabajan sobre el legado del colonialismo en el mundo, incluido su impacto continuado sobre los derechos humanos.

En la Conferencia Dekoloniale de Berlín sobre África, 19 personas expertas debatieron cómo el legado de esas injusticias históricas está vinculado al racismo sistémico y a la desigualdad global. Entre esas 19 personas se encuentran el galardonado periodista británico Gary Younge, el artista angoleño Kiluanji Kia Henda, la abogada camerunesa Alice Nkom, y Pumla Dineo Gqola, académica, escritora galardonada y activista de género sudafricana.

“Es importante que la conferencia Dekoloniale de Berlín se celebre en el mismo lugar que cambió el mundo en muchos aspectos, impulsada por un enorme sentimiento de derecho que nunca podrá ser devuelto del todo”, ha manifestado Pumla Dineo Gqola.

“Las conversaciones en torno a la deuda, los derechos humanos y la reparación, también en lo relativo al arte y la cultura, y la conversación sobre colonialismo, muestran todos los aspectos de cómo la UE es un bloque de poder. Mirando hacia delante, deseo ver un cambio significativo en la negociación de los Estados dentro y fuera de la UE, y cualquier cosa que parezca que debe avanzar más allá de la diplomacia, mientras las conversaciones sobre reparación deben ser serias y abandonar el ámbito de la superficialidad.”

Las 19 personas expertas, ya pertenezcan a la diáspora africana o hayan sido invitadas desde países afectados por las 19 potencias europeas representadas en la conferencia de1884/85, han elaborado una lista de demandas de 10 puntos sobre derechos humanos, reparación, migración, economía, sindicalismo y antirracismo.

Entre sus demandas se incluyen llamamientos a los gobiernos europeos para que aborden su defensa selectiva de los derechos humanos en sus relaciones con el continente africano, una defensa basada en intereses políticos, económicos y diplomáticos; también se incluye la necesidad de que los gobiernos europeos adopten acciones transformadoras que reconozcan de forma incondicional el racismo sistémico, la desigualdad y la falta de equidad, que se establezcan regímenes justos y equitativos de comercio e inversión entre África y Europa, consultando con la diáspora africana, que se ponga fin a la externalización europea de sus fronteras, que ha dado lugar a la existencia de fronteras europeas en territorio africano, que se devuelva lo que se robó a las comunidades (tierra, objetos o los restos de antepasados), y que se establezca un diálogo inclusivo en el que las comunidades africanas lideren la conversación bajo sus propias condiciones.

Durante demasiado tiempo, comunidades y personas afectadas directamente por injusticias históricas han estado reclamando reparación, especialmente los pueblos indígenas y las personas afrodescendientes.

Rym Khadhraoui, investigadora de Amnistía Internacional sobre justicia racial

Como parte del festival Dekoloniale más amplio que conmemora los 140 años transcurridos desde la Conferencia de Berlín sobre África, African Futures Lab, Amnistía Internacional y Human Rights Watch han organizado un taller conjunto para explorar estrategias para las comunidades que se vieron afectadas por los legados coloniales —y que continúan afectadas en la actualidad— con el fin de lograr justicia y la realización de sus derechos humanos de acuerdo con las obligaciones contraídas por Europa en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.

“Durante demasiado tiempo, comunidades y personas afectadas directamente por injusticias históricas han estado reclamando reparación, especialmente los pueblos indígenas y las personas afrodescendientes”, ha manifestado Rym Khadhraoui, investigadora de Amnistía Internacional sobre justicia racial. “Los Estados europeos y otros responsables siguen sin rendir cuentas del colonialismo, la esclavitud, el comercio de esclavos y los legados que todo eso ha dejado.”

Basándose en las intervenciones de los expertos y expertas, las personas que participaron en el taller compartieron la lucha que han llevado a cabo para lograr reparación y los obstáculos que han encontrado al defender los derechos de las comunidades. Los y las participantes señalaron la falta de consultas significativas a las comunidades afectadas en el proceso de negociación entre Namibia y Alemania para abordar los crímenes coloniales cometidos por Alemania en el suroeste de África, y también la falta de consultas del gobierno de Reino Unido en el contexto de sus negociaciones con Mauricio en torno a la soberanía sobre las islas Chagos.

Hacer frente a estos legados coloniales europeos no es una cuestión optativa para los gobiernos de Europa, es una obligación contraída en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.

Almaz Teffera, investigadora de Human Rights Watch sobre el racismo en Europa

African Futures Lab publicó recientemente un informe sobre los niños y niñas metis —niños y niñas de ascendencia mestiza africana-europea— secuestrados por la administración colonial belga. En la región de los Grandes Lagos, las organizaciones que trabajan sobre los derechos de los niños y niñas metis reclaman medidas concretas de reparación al Estado belga. Cinco mujeres metis, aprehendidas por la fuerza durante la colonización belga del Congo, han emprendido acciones judiciales en Bélgica contra el Estado belga. Piden justicia y reparación por crímenes de lesa humanidad, y se espera que se dicte sentencia a principios de diciembre.

“Hacer frente a estos legados coloniales europeos no es una cuestión optativa para los gobiernos de Europa, es una obligación contraída en virtud del derecho internacional de los derechos humanos”, ha manifestado Almaz Teffera, investigadora de Human Rights Watch sobre el racismo en Europa. “Los gobiernos europeos deben aceptar la necesidad de unos procesos de reparación centrados en las víctimas que reconozcan y aborden de verdad los daños y pérdidas que aún perduran provocados por sus acciones históricas a los largo de los años.”

Mirando hacia el futuro, las personas afectadas por el colonialismo piden que se reconozcan las injusticias históricas del colonialismo europeo y su impacto en los derechos humanos y que se rindan cuentas por ellas, de acuerdo con la obligación contraída por los gobiernos europeos en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.

Las consecuencias son múltiples y de largo alcance, y Amnistía Internacional ha destacado el impacto del colonialismo en una presentación ante la relatora especial de las Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia.

Es hora de desmantelar estas estructuras y corregir los agravios históricos que aún conforman nuestro mundo hoy día.

Geneviève Kaninda, responsable de trabajo de incidencia y política de African Futures Lab

“Los gobiernos no pueden seguir desoyendo nuestra petición de reparación; deben rendir cuentas”, ha manifestado Geneviève Kaninda, responsable de trabajo de incidencia y política de African Futures Lab “Una auténtica justicia reparadora no es sólo un paso adelante: es una necesidad para construir un mundo justo y equitativo arraigado en la justicia racial. Los legados coloniales de opresión han afianzado el racismo sistémico, han ampliado la brecha de riqueza global y han alimentado la desigualdad. Es hora de desmantelar estas estructuras y corregir los agravios históricos que aún conforman nuestro mundo hoy día.”

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