Un joven de 24 años corre riesgo inminente de ser ejecutado por un delito cometido cuando era menor de 18 años, a pesar de que su caso está actualmente en revisión judicial, ha declarado Amnistía Internacional, instando a las autoridades iraníes a que paralicen todos los planes de aplicar la condena.
La organización ha advertido de que la ejecución de Hamid Ahmadi —declarado culpable de matar a puñaladas a un hombre durante una pelea de grupo que ocurrió cuando tenía 16 años— podría ser inminente a pesar de que el Tribunal Supremo ha confirmado que se está tramitando una solicitud de que se revise el caso.
“La pena de muerte es el castigo cruel, inhumano y degradante por excelencia, pero resulta especialmente inquietante que en este caso Irán esté dispuesto de nuevo a violar la clara prohibición del derecho internacional de ejecutar a personas que eran menores de 18 años en el momento en que se cometió presuntamente el delito. Si la ejecución sigue adelante mientras el caso está sometido a revisión del máximo tribunal iraní, sería además un error de la justicia”, declaró Said Boumedouha, director adjunto del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Las autoridades iraníes deben paralizar de inmediato todos los planes de llevar a cabo esta ejecución y permitir que la justicia siga su curso sin recurrir a la pena de muerte.”
Hamid Ahmadi fue condenado a muerte en marzo de 2010 por la Sala 11 del Tribunal Penal de Apelación de la provincia de Gilan; el Tribunal Supremo confirmó la pena en noviembre del mismo año. Sin embargo, una disposición sobre la condena de menores de 18 años contenida en el Código Penal iraní de 2013 ha permitido que el abogado de Ahmadi presente una solicitud de revisión judicial basada en la edad que tenía Ahmadi cuando se cometió supuestamente el delito.
Amnistía Internacional pide a las autoridades que conmuten la pena de muerte impuesta a Hamid Ahmadi. De ser declarado culpable en un nuevo juicio, en unas actuaciones que garanticen el más estricto cumplimiento de las normas internacionales de imparcialidad procesal (incluidas las salvaguardias y los principios específicos sobre justicia de menores), Ahmadi deberá ser castigado con arreglo a las obligaciones internacionales de Irán en materia de derechos humanos, que excluyen el recurso a la pena de muerte.
Irán es Estado Parte de la Convención de los Derechos del Niño, que prohíbe estrictamente la imposición de la pena de muerte a personas que eran menores de 18 años en el momento en que se cometió delito. Sin embargo, Irán sigue imponiendo la pena capital a estos jóvenes y los ejecuta una vez que han cumplido los18 años.
“La condena a muerte de Hamid Ahmadi contradice, una vez más, las reiteradas afirmaciones de Irán de que no ejecuta a menores y muestra el desprecio evidente de las autoridades hacia una de las prohibiciones más claras del uso de la pena de muerte”, prosiguió Said Boumedouha.
Hamid Ahmadi fue condenado a muerte originalmente en agosto de 2009. El Tribunal Supremo iraní anuló posteriormente la condena y remitió el caso a un nuevo juicio debido a las dudas que suscitaba el testimonio de los testigos clave.
Durante el segundo juicio, Hamid Ahmadi se retractó de la “confesión” que había hecho bajo custodia policial de que había apuñalado en el pecho a la víctima mortal. Dijo que había hecho esa declaración porque los funcionarios lo habían amenazado con enviarlo de nuevo a la tristemente célebre Unidad de Investigación Policial (Agahi) si no reconocía haber cometido el delito.
Sin embargo, el tribunal rechazó su queja y no parece que haya investigado las denuncias de coacción, incluida la amenaza de tortura u otros malos tratos, ampliamente empleados en las unidades de investigación policial iraníes.
Tampoco expuso el tribunal su preocupación por el hecho de que un menor fuera interrogado sin tener acceso a un abogado, lo que constituye otra violación de las normas internacionales de imparcialidad procesal y justicia de menores.
Hamid Ahmadi fue declarado culpable de “asesinato premeditado” basándose en el principio del “conocimiento del juez”, una disposición de las leyes iraníes que permite que los jueces hagan su propia determinación subjetiva y posiblemente arbitraria de la culpabilidad del procesado, basándose en pruebas circunstanciales y no en pruebas concluyentes.
“En lugar de enviar a otro joven al patíbulo tras un proceso judicial defectuoso, las autoridades iraníes deberían abrir una investigación independiente sobre la denuncia de que Hamid Ahmadi fue obligado a ‘confesar’ y a autoinculparse”, concluyó Said Boumedouha.
Irán es uno de los pocos países que siguen ejecutando a menores de edad.
Amnistía Internacional ha recibido informes sobre al menos 72 ejecuciones de menores en Irán desde 2005, incluidos al menos 14 ejecuciones de personas menores de 18 años en el momento en que se cometió el delito solamente en 2014. El Comité de los Derechos del Niño, de la ONU, estudiará el cumplimiento por Irán de la Convención sobre los Derechos del Niño en junio de 2015, en un Grupo de Trabajo que se reunirá antes del periodo de sesiones, y después en una sesión de revisión en enero de 2016.