Ante la noticia de que dos disidentes políticos torturados, Behrouz Ehsani, de 69 años, y Mehdi Hassani, de 48, fueron ejecutados arbitrariamente y en secreto en la prisión de Ghezel Hesar de Karaj (provincia de Alborz) el 27 de julio, Kristine Beckerle, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África, ha manifestado:
“Behrouz Ehsani y Mehdi Hassani fueron ejecutados arbitrariamente en medio de una terrible crisis de ejecuciones en Irán, en la que casi 700 personas han sido ahorcadas en lo que va de año. Su ejecución se llevó a cabo en secreto y sin previo aviso, ni a ellos ni a sus familias, tras un juicio manifiestamente injusto ante un Tribunal Revolucionario. No se les permitió contactar con sus abogados durante casi dos años y su juicio, en el que no pudieron hablar en su propia defensa, sólo duró cinco minutos. Sus ‘confesiones’ forzadas —obtenidas mediante palizas, reclusión prolongada en régimen de aislamiento y amenazas con causar más daño a ellos y a sus familias— se utilizaron como pruebas para condenarlos.”
“Las autoridades iraníes han intensificado la represión interna tras la última escalada de las hostilidades con Israel en junio. Behrouz Ehsani y Mehdi Hassani habían protestado contra la pena de muerte desde la cárcel declarándose en huelga de hambre todos los martes durante 18 meses como parte de la campaña “Martes de oposición a las ejecuciones”. Sus ejecuciones ponen de relieve el uso despiadado de la pena capital que hacen las autoridades como instrumento de represión política en momentos de crisis nacional para reprimir la disidencia y sembrar el miedo entre la población.”
Amnistía Internacional reitera su llamamiento a las autoridades iraníes para que detengan de inmediato todas las ejecuciones previstas y declaren una suspensión oficial de todas las ejecuciones con vistas a la abolición total del uso de la pena de muerte.
Kristine Beckerle, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África
“Amnistía Internacional reitera su llamamiento a las autoridades iraníes para que detengan de inmediato todas las ejecuciones previstas y declaren una suspensión oficial de todas las ejecuciones con vistas a la abolición total del uso de la pena de muerte.”
“Además, estas ejecuciones subrayan la necesidad de que otros Estados inicien investigaciones penales, en virtud del principio de jurisdicción universal, contra todas aquellas personas presuntamente responsables de tortura y otros crímenes recogidos en el derecho internacional, incluidos altos cargos iraníes. Las autoridades han demostrado en repetidas ocasiones que, si no se adoptan medidas concretas para obligarlas a rendir cuentas, persistirán en la comisión de crímenes de derecho internacional y otras violaciones graves de derechos humanos.”
Behrouz Ehsani y Mehdi Hassani fueron condenados a muerte por los cargos excesivamente amplios e imprecisos de “rebelión armada contra el Estado” (baghi), “enemistad con Dios” (moharebeh) y “corrupción en la tierra” (efsad-e fel-arz) en relación con su presunta filiación al grupo de oposición prohibido Organización Muyahidín del Pueblo de Irán (PMOI).
El 27 de julio de 2025, la agencia de noticias de la judicatura anunció la ejecución de Behrouz Ehsani y Mehdi Hassani, aduciendo —sin aportar ningún dato— que ambos habían “fabricado lanzadores […] que causaron daños a civiles, viviendas, sedes administrativas y centros educativos y benéficos.” Según la información recopilada por Amnistía Internacional, los hombres negaron reiteradamente las acusaciones y afirmaron que éstas se basaban en “confesiones” forzadas obtenidas mediante tortura y otros malos tratos.
Otras personas en peligro de ejecución
Las últimas ejecuciones, sumadas a los recientes llamamientos en los medios de comunicación oficiales para que se repitan las masacres en las cárceles de 1988, cuando miles de disidentes políticos fueron ejecutados en secreto, hacen temer que las autoridades puedan ejecutar a más personas condenadas a muerte por cargos de motivación política. Estos temores surgen en medio de la campaña de represión iniciada por las autoridades iraníes a partir de la “guerra de los 12 días” con Israel, con detenciones masivas, alarmantes órdenes oficiales de acelerar juicios y ejecuciones y un proyecto de ley de excepción —en espera de su aprobación definitiva— que amplía el ámbito de aplicación de la pena capital.
Amnistía Internacional ha documentado los casos de 19 personas en peligro de ejecución por cargos de motivación política.
Ahmadreza Djalali, académico sueco-iraní, está sometido a desaparición forzada —crimen de derecho internacional— desde el 23 de junio, fecha en que las autoridades iraníes lo trasladaron a un lugar no identificado desde la prisión de Evín cuando ésta fue alcanzada por ataques aéreos israelíes. La negativa de las autoridades a revelar su paradero hace temer que pueda ser ejecutado en secreto.
Al menos hay tres mujeres en peligro de ejecución: la defensora de los derechos humanos Sharifeh Mohammadi, la trabajadora humanitaria kurda Pakhshan Azizi y la disidente kurda Verisheh Moradi.
Al menos nueve personas corren peligro de ejecución en relación con las protestas del movimiento Mujer Vida Libertad: Fazel Bahramian, Mehran Bahramian, Milad Armoun, Alireza Kafaei, Amir Mohammad Khosheghbal, Navid Najaran, Hossein Nemati, Alireza Bamerzpournak y Mehrab (Mehran) Abdullahzadeh.
Al menos seis personas corren peligro de ejecución por acusaciones de afiliación al PMOI: Abolhassan Montazer, Akbar (Shahrokh) Daneshvarkar, Babak Alipour, Mohammad Taghavi Sangdehi, Pouya Ghobadi y Vahid Bani Amerian.
Además, Amnistía Internacional ha obtenido los nombres de 13 personas más en peligro de ejecución: Razgar Babamiri, Pezhman Soltani, Soran Ghasemi, Kaveh Salehi, Tayfour Salimi Babamiri, Manouchehr Falah, Amin Farhahvar Gisavandani, Ehsan Faridi, Mohammad Javad Vafaei Sani, Masoud Jamei, Alireza Merdasi, Farshad Etemadi Far y Yaghoub Derakhshan.
Amnistía Internacional se opone incondicionalmente a la pena de muerte para todos los delitos y en todas las circunstancias.


