Ante la noticia de que el gobierno de Singapur ha programado la ejecución del ciudadano malasio Pannir Selvam Pranthaman para el miércoles 8 de octubre, Chiara Sangiorgio, asesora de Amnistía Internacional sobre pena de muerte, ha declarado:
“El gobierno de Singapur debe suspender de inmediato la ejecución de Pannir Selvam Pranthaman, cuyo caso se ha visto empañado por múltiples capas de injusticia, incluidas violaciones del derecho y las normas internacionales de derechos humanos.
Es indefendible que Singapur siga imponiendo ejecuciones implacablemente en nombre del control de drogas. En lo que va de año, Singapur ha ejecutado a 11 personas, de las cuales 9 habían sido condenadas por delitos de drogas. Sin embargo, no se ha demostrado que la pena de muerte tenga un efecto disuasorio especial o influya de algún modo en el uso y la disponibilidad de las drogas.
La causa de Pannir ilustra las numerosas deficiencias en el uso de la pena de muerte en Singapur. En virtud del derecho y las normas internacionales, la imposición preceptiva de la pena de muerte por delitos relacionados con drogas es ilegal.
Pannir y su familia han demostrado una determinación y resiliencia increíbles en su defensa de la conmutación de su condena a muerte. Nos sumamos a ellos para pedir al gobierno malasio que adopte todas las medidas posibles, incluso a través de sus relaciones diplomáticas con Singapur, para conseguir que la ejecución de Pannir no se lleve a cabo.
Asimismo reiteramos nuestro llamamiento a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y a la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) para que aumenten la presión sobre Singapur a fin de que reforme sus políticas de control de drogas de forma respetuosa con los derechos humanos.”
Información complementaria
El 2 de mayo de 2017, Pannir Selvam Pranthaman fue declarado culpable de introducir 51,84 gramos de diamorfina (heroína) en Singapur y condenado a la pena de muerte preceptiva.
El Tribunal de Apelación rechazó su recurso el 5 de septiembre de 2025, y el 3 de octubre se notificó a la familia que el presidente había rechazado la solicitud de clemencia de Pannir y se había programado la fecha de su ejecución por tercera vez.
El tribunal resolvió que Pannir Selvam Pranthaman sólo había participado en el transporte de drogas, ajustándose a la figura de “correo” establecida en la ley. Sin embargo, la fiscalía no le proporcionó un certificado que confirmara que había colaborado sustantivamente en las investigaciones para interceptar otras actividades de tráfico de drogas —segunda condición para poder acogerse a la discrecionalidad en la imposición de la pena en estos casos—, por lo que la autoridad judicial no pudo hacer otra cosa que dictar la pena de muerte preceptiva. En la práctica, esto significó que la decisión sobre la determinación de la pena se trasladó a la fiscalía. El fallo condenatorio de Pannir también se basó en injustas presunciones de culpabilidad, que la acusación puede usar en el juicio para deducir conocimiento o posesión de las drogas, haciendo que la carga de la prueba recaiga en la persona acusada.
Mientras aguarda su ejecución en Singapur, Pannir ha escrito poesías y canciones, algunas de las cuales han dado lugar a colaboraciones con otros artistas malasios.
El derecho y las normas internacionales prohíben la imposición preceptiva de la pena de muerte, ya que niega la posibilidad de tener en cuenta las circunstancias del caso, y exigen que el uso de la pena capital se limite a los “más graves delitos” que impliquen homicidio intencional.
Singapur está entre los cuatro únicos países —junto con Arabia Saudí, China e Irán— donde se confirmaron ejecuciones por delitos de drogas en 2024. Actualmente, hay 113 países que han abolido la pena de muerte para todos los delitos y cerca de tres cuartas partes de los países del mundo la han abolido en la ley o en la práctica. Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte incondicionalmente, en todos los casos y circunstancias.


