Arabia Saudí: La Ley sobre el Estatuto Personal codifica la discriminación de las mujeres

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La Ley sobre el Estatuto Personal de Arabia Saudí, aprobada el 8 de marzo de 2022, hoy hace un año, y pregonada por las autoridades como una reforma importante, perpetúa el sistema de tutela masculina y codifica la discriminación de las mujeres en la mayoría de los aspectos de la vida familiar”, ha declarado Amnistía Internacional hoy, cuando el mundo celebra el Día Internacional de la Mujer.

En un detallado análisis, Amnistía Internacional halló que, aunque es cierto que la Ley introduce algunas reformas positivas como una edad mínima para el matrimonio, también codifica algunas de las prácticas inherentes del sistema de tutela masculina, no protege lo suficiente a las mujeres de la violencia de género intrafamiliar, y refuerza un sistema basado en la discriminación de género en el matrimonio, el divorcio, la custodia y la herencia.
Aunque el príncipe heredero Mohammad bin Salman la calificó de paso hacia el progreso y la igualdad, la Ley sobre el Estatuto Personal de Arabia Saudí no respeta la capacidad de acción de las mujeres en la toma de decisiones cruciales sobre su vida y la vida de sus hijos e hijas, y perpetúa su discriminación”, afirmó Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
“Para lograr un progreso auténtico, las autoridades saudíes deben cumplir sus obligaciones contraídas en virtud del derecho internacional de los derechos humanos reformando con carácter urgente la Ley sobre el Estatuto Personal y derogando las disposiciones que discriminan a las mujeres, incluidas las relativas al sistema de tutela masculina. Asimismo, deben garantizar que las mujeres tienen iguales derechos y responsabilidades que los hombres en el matrimonio, el divorcio, la guarda y tutela de los hijos e hijas, y la herencia.”
Esta ley era parte de un paquete de reformas legislativas que anunció Mohammad bin Salman en febrero de 2021, destinadas a “preservar los derechos, reforzar los principios de la justicia, imponer la transparencia, proteger los derechos humanos y alcanzar un desarrollo integral y sostenible”.
Antes de la introducción de una Ley sobre el Estatuto Personal codificado, los asuntos relativos a la vida familiar estaban sometidos a la aplicación discrecional de la ley islámica por los jueces. La codificación de una ley sobre el estatuto personal limita las resoluciones judiciales discrecionales y contradictorias sobre asuntos de familia. No obstante, el análisis de Amnistía Internacional seguía hallando que la Ley deja un margen significativo para que los jueces hagan uso de sus facultades discrecionales.
Derechos conyugales y violencia de género intrafamiliar
La Ley no protege adecuadamente a las mujeres de la violencia de género intrafamiliar. Por el contrario, refuerza los papeles asignados al género al suponer que las mujeres “obedecerán” a sus esposos. También condiciona el apoyo económico que presta el esposo a la mujer durante el matrimono a que ésta “se someta” al esposo. Estas disposiciones ponen a las mujeres en riesgo de sufrir explotación y abusos, incluida la violación conyugal, que la legislación saudí no penaliza.
En virtud de la nueva ley, las mujeres —a diferencia de los hombres— deben tener el consentimiento de un tutor masculino legal para casarse y para que se valide el contrato de matrimonio.
Aunque la Ley establece la edad legal para el matrimonio en 18 años, permite que los tribunales autoricen matrimonios de menores de esa edad en ciertas circunstancias. El Ministerio de Justicia publicó un borrador de normas para la aplicación de la Ley en abril de 2022 en el que figuraban las condiciones en las que las personas menores de 18 años pueden contraer matrimonio.  Sin embargo, estas normas no se han adoptado formalmente aún, por lo que sigue sin estar claro cómo decidirán los tribunales sobre estos matrimonios.
Obstáculos al divorcio, cargas económicas injustas
Según la Ley sobre el Estatuto Personal, sólo los hombres tienen el derecho incondicional de iniciar un divorcio. La Ley meramente estipula que la mujer deberá ser “informada” del divorcio y que tendrá derecho a una indemnización económica si no lo ha sido. En cambio, las mujeres no tienen derecho a poner fin unilateralmente a un matrimonio.
En todos los casos de disolución matrimonial, la Ley perjudica económicamente a las mujeres. En los casos de khula‘ (separación) y faskh (anulación del matrimonio decretada por un tribunal), en los que la mujer puede iniciar la disolución del matrimonio, ésta afronta obstáculos legales, económicos y prácticos codificados en la Ley sobre el Estatuto Personal y que sólo se aplican a las mujeres.
Una khula‘ se puede iniciar a petición de la esposa, pero exige el consentimiento del esposo y sólo se puede conceder si la esposa devuelve su mahr (dote).
La mujer también podría obtener una faskh, pero esta opción sólo existe en determinadas circunstancias, como en caso de enfermedad, cuando el esposo no pague la mahr, cuando el esposo se niegue a mantener económicamente a la esposa o no pueda hacerlo, o cuando maltrate a la esposa “si se demuestra daño”. Incluso en el caso de que la esposa sea maltratada por su esposo, la carga de la prueba del daño recae en ella y la ley podría exigir a la pareja que se someta a un proceso de arbitraje que puede durar hasta dos años. Estas disposiciones, que crean obstáculos adicionales para poner fin a un matrimonio, dan prioridad a la reconciliación de la familia frente a la seguridad de la mujer.
Por otra parte, según la Ley, en caso de separación, la madre no disfruta de los mismos derechos que el padre en lo relativo a sus hijos e hijas. Aunque se concede automáticamente la custodia a la madre, el padre sigue siendo el tutor legal del hijo o hija y tiene capacidad para tomar decisiones fundamentales sobre la vida de éste. La Ley también dificulta que las madres divorciadas viajen con sus hijos e hijas, se trasladen al extranjero o se vuelvan a casar.
La Ley también discrimina a las mujeres en cuanto a la herencia al dar a los hombres una parte mucho mayor de los bienes que a las mujeres, lo que refuerza aún más la discriminación económica basada en el género.
“Dada la prevalencia de los roles de género patriarcales en Arabia Saudí y habida cuenta del hecho de que las mujeres suelen depender económicamente de su esposo, estas injustas disposiciones económicas hacen que las mujeres sean vulnerables económicamente al final de un matrimonio”, añadió Heba Morayef.
Reforma y represión de la libertad de expresión
Durante años, las autoridades saudíes vienen deteniendo, encarcelando y condenado a las valientes mujeres activistas saudíes que han hecho campaña en favor del fin del sistema de tutela masculina. Incluso las que han sido excarceladas tras varios años de prisión, hoy se enfrentan a prohibiciones de viaja y a restricciones a su libertad de expresión.
Activistas de derechos humanos dijeron a Amnistía Internacional que estas activistas que estaban en primera línea de los llamamientos en favor de los derechos de las mujeres no tuvieron oportunidad de hacer ninguna aportación a la Ley. Las mujeres que tienen problemas en relación con el matrimonio, el divorcio y la custodia de los hijos e hijas debido a la Ley sobre el Estatuto Personal no pueden hablar libremente de sus preocupaciones por temor a la represión de las autoridades.
El 8 de marzo, Amnistía Internacional publicó una declaración conjunta con Human Rights Watch y otras organizaciones en la que se pide a las autoridades saudíes que tomen más medidas para acabar con la discriminación de las mujeres y que desmantelen totalmente el sistema de tutela masculina.