Matías Marín, 25 años, Presidente de Círculo de Estudiantes Viviendo con VIH
“La Ley Antidiscriminación aún tiene deudas en materia de reparación y justicia hacia las víctimas”
Matías Marín, 25 años y oriundo de Cerro Navia, es estudiante de periodismo de la Universidad de Chile, activista y creador de la página de Instagram OrdinariaUdeChile, además de cofundador junto a otros dos compañeros del Círculo de Estudiantes Viviendo con VIH (CEVVIH), agrupación que acompaña a personas que viven con el virus y trabaja por su desmitificación a través de talleres formativos y vinculaciones con organizaciones del área de la salud.
Actualmente Matías es presidente del CEVVIH y confiesa que su recorrido como activista ha implicado una lucha constante en contra de la discriminación que implica ser parte de las comunidades LGBTIQ+, más aún viviendo con VIH. Durante su infancia y juventud recibió una educación familiar y religiosa basada en mitos sobre la homosexualidad, como que “los homosexuales se van al infierno”, “el sexo gay es cochino” o que “los homosexuales tienen metido el demonio” y también sobre el VIH, por ejemplo que “es un virus que entra al cuerpo y las personas se mueren en 10 o 15 años”. Asimismo, Matías también vivenció prejuicios y ataques cuando era estudiante de enseñanza básica y media por no jugar a la pelota, juntarse solo con mujeres y no adherir a los estereotipos “masculinos”. Por todo esto fue tildado como el “maricón” del curso, lo que le llevó a refugiarse en el estudio, convirtiéndose en “un buen alumno” por sus altas calificaciones. Recién al llegar a la enseñanza media y a un nuevo colegio pudo formar un círculo entre pares para apoyarse, aunque el bullying no cesó, por lo que decidió que vivenciar de manera abierta su homosexualidad no era una opción. Solo al llegar a la universidad pudo conocer una enorme diversidad de personas con quienes se sintió apoyado y pudo comenzar a vivir su sexualidad tal como quería.
Sin embargo, tras la visibilidad y exposición que le dió su página de Instagram y de Facebook, comenzaron las amenazas y los ataques de odio que se agudizaron cuando hizo público que tenía VIH. Desde ese momento se volvieron habituales frases como: “muérete sidoso”, “maricón culiao”, “por qué le dan pantalla”, “seguro hay que felicitarlo porque tiene SIDA”, “el SIDA te va a matar”, entre otras.
“Por lo demás, las personas de la comunidad LGBTIQ+ tenemos que constantemente ser precavidos porque uno sabe que por ser gay en Chile te pueden matar”, menciona Matías. A pesar de las amenazas virtuales y el acoso, él nunca ha pensado en denunciar o en utilizar la Ley Antidiscriminación pues, a su juicio, “la burocracia es muy grande y el resultado revictimiza a la persona que sufrió la discriminación”. “El Estado no protege realmente a las personas de las diversidades sexuales y de géneros. La Ley Antidiscriminación aún tiene deudas en materia de reparación y justicia hacia las víctimas, y no me refiero solamente a la población LGTBIQ+, sino que también a los pueblos indígenas”, menciona.
Si bien, el hostigamiento continúa, Matías sigue trabajando y apoyando a las personas que viven con VIH y luchando contra la serofobia a través del CEVVIH, pues tiene la convicción de que a pesar de que pueda ser iluso pensar que se pueden cambiar las cosas, no es imposible. Si lo queremos todos, querámoslo para toda la sociedad, para todos, todas y todes. A lo mejor es difícil, pero hay personas que estamos trabajando para que eso cambie. Espero que el futuro sea mucho mejor y que todos esos niños y niñas puedan crecer libres en una sociedad más tolerante donde realmente exista la justicia hacia las personas de la comunidad LGBITQ+.
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