“La invasión de Ucrania por Rusia es una violación manifiesta de la Carta de las Naciones Unidas y un acto de agresión que constituye un crimen de derecho internacional”, ha declarado Amnistía Internacional, que ha pedido que todos los implicados en este crimen rindan cuentas por estas violaciones. Se les deberá exigir su responsabilidad personal, individual y colectiva respecto de ella y respecto de la totalidad de los numerosos crímenes que han caracterizado hasta ahora su invasión de Ucrania.
Subrayando la gravedad de la crisis de Ucrania, la organización ha pedido a los Estados miembros de la ONU que protejan y defiendan la Carta de la ONU, que prohíbe el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de un Estado. Señaló que las únicas excepciones de estas disposiciones son la legítima defensa y que este uso de la fuerza sea autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU, ninguna de las cuales se aplica a esta crisis.
Amnistía subrayó, además, que, según el derecho internacional, corresponde a todos los Estados resolver las controversias internacionales por medios pacíficos y sin que se ponga en peligro la paz, la seguridad y la justicia internacionales.
La invasión de Ucrania por Rusia ha desencadenado una crisis masiva de derechos humanos, humanitaria y de desplazamiento que tiene todos los visos de ser la peor catástrofe de este tipo de la historia reciente de Europa. Rusia está vulnerando la soberanía de Ucrania y poniendo en cuestión la arquitectura de la seguridad global.
Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional
“La invasión de Ucrania por Rusia es importante, grave y está definida por una sola característica: la agresión. Rusia está invadiendo el corazón de Ucrania, buscando derribar su gobierno legítimamente elegido, con un impacto masivo, real y potencial, en la vida y el bienestar de la población civil; ninguna de las razones que ha esgrimido Rusia permiten ni remotamente justificar sus actos. Y todo esto lo está cometiendo un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU”, afirmó Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
“Rusia incumple claramente sus obligaciones internacionales. Sus actos son abiertamente contrarios a las normas y principios en los que se fundaron las Naciones Unidas. Todos los miembros de la ONU deben condenar rotundamente esta conducta. No se puede permitir que el flagrante desprecio de Rusia envalentone a otros a seguir su ejemplo ni que debilite la capacidad de la ONU para contener esta conducta”.
Desde que comenzó la invasión de Rusia el 24 de febrero, Amnistía ha documentado una escalada de violaciones del derecho humanitario y de los derechos humanos que incluye muertes de civiles consecuencia de ataques indiscriminados contra zonas e infraestructura de carácter civil. Los ataques contra bienes civiles como hospitales y escuelas, el uso de armas de efectos indiscriminados como misiles balísticos, y el uso de armas prohibidas como las bombas de racimo podrían constituir crímenes de guerra.
Amnistía Internacional ha pedido a los Estados miembros de la ONU que permanezcan unidos a la hora de condenar los crímenes de agresión de Rusia, proporcionar ayuda y asistencia a la población de Ucrania, incluidas las personas que huyen del conflicto, y garantizar que no se permite que las consecuencias de la agresión de Rusia empujen al mundo más cerca de un precipicio de violencia, violaciones de derechos e inseguridad.
“En menos de una semana, la invasión de Ucrania por Rusia ha desencadenado una crisis masiva de derechos humanos, humanitaria y de desplazamiento que tiene todos los visos de ser la peor catástrofe de este tipo de la historia reciente de Europa. Rusia no sólo vulnera la soberanía de un vecino y de su pueblo, sino que también está poniendo en cuestión la arquitectura de la seguridad global y aprovechando su fragilidad, que incluye un Consejo de Seguridad de la ONU disfuncional. Esto tendrá consecuencias duraderas para todos nosotros. No debemos permitir que la agresión y las violaciones del derecho internacional sean el arquitecto de la seguridad del mundo”, añadió Agnès Callamard.
El celebrado anuncio de ayer del fiscal de la Corte Penal Internacional de que su oficina tiene la intención de abrir una investigación en Ucrania advierte a todos los perpetradores de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Ucrania —incluidos lo que ocupan altos cargos y tienen la máxima responsabilidad— que se les exigirán responsabilidades individuales.
“Amnistía Internacional pide a todos los Estados Partes en la Corte Penal Internacional y a la comunidad internacional en general que cooperen con la investigación de la Corte. Esta investigación no puede llevarse a cabo sola. La rendición de cuentas exhaustiva en Ucrania requiere los esfuerzos concertados e innovadores de la ONU y de sus órganos, y también iniciativas de carácter nacional con arreglo al principio de jurisdicción universal”, prosiguió diciendo Agnès Callamard.
“En esta fase temprana, la recopilación y preservación de pruebas es esencial para el éxito de investigaciones futuras. Por encima de todo, debemos asegurarnos de que las víctimas de crímenes de guerra en Ucrania, cuyo número va trágicamente en aumento, escuchan el mensaje de que la comunidad internacional ya está resuelta a obtener una reparación por su sufrimiento
Información complementaria
Las infracciones graves de las normas que regulan los conflictos constituyen crímenes de guerra, algunos de los cuales están tipificados como tales en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. La Corte Penal Internacional tendría jurisdicción sobre los crímenes de guerra cometidos en Ucrania, que hizo una declaración en 2015 aceptando la jurisdicción de la Corte sobre los crímenes cometidos en su territorio desde el 20 de febrero de 2014. Rusia firmó el Estatuto de Roma en 2000, pero retiró su firma en 2016.
La intervención militar se ajusta, aparentemente, a la definición de agresión contenida en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. El artículo 8 bis 1 del Estatuto de Roma define, en la parte pertinente, el “crimen de agresión” como “un acto de agresión que por sus características, gravedad y escala constituya una violación manifiesta de la Carta de las Naciones Unidas”. Aunque la Corte, salvo una poco probable remisión del Consejo de Seguridad, no tendrá jurisdicción sobre el crimen de agresión en esta situación, varios Estados, Ucrania entre ellos, cuentan con leyes nacionales que permitirían el enjuiciamiento de los responsables de este crimen.
La invasión de Ucrania ya se ha traducido en ataques indiscriminados a zonas residenciales, instituciones médicas, infraestructura social y otros bienes e infraestructura de carácter civil, y ha causado muertes y heridas entre la población civil. Ha provocado un desplazamiento masivo y la destrucción de viviendas civiles. En los combates en Donetsk y Luhansk, sobre todo en 2014-2015, hubo ejecuciones extrajudiciales, tortura y otros malos tratos, desapariciones forzadas y privación ilegítima de libertad.